El miedo se palpa en el aire de Ecatepec. 249 denuncias por extorsión en un solo mes, enero de 2025, pintan un panorama desolador. Las autoridades llaman a la denuncia, pero la sombra de la impunidad se alarga, alimentando la desesperanza. El reciente video viralizado por la página "Denuncia Ecatepec" el 15 de abril, arroja luz sobre el terror que infunde "La Chokiza". Siete minutos de angustia condensada, donde la voz amenazante de "Ricardo Ruiz Velasco" resuena como una sentencia. "Colabora o te quemo el local", palabras que hielan la sangre y exponen la crudeza de la extorsión que asfixia a los comerciantes.

La denuncia ciudadana, a menudo el único recurso ante la inacción de las autoridades, se convierte en un grito desesperado en la red. La acusación de complicidad del gobierno local con el grupo criminal, un secreto a voces, añade otra capa de desamparo. "¿Nada raro, todos lo saben, pero ninguna autoridad hace nada?", reza la publicación de "Denuncia Ecatepec", reflejando la frustración y la rabia contenida de una comunidad asediada.

El valiente testimonio de la víctima, quien se negó a ceder ante las amenazas y decidió exponer el número del extorsionador, es un acto de resistencia, una pequeña victoria en una batalla desigual. Un rayo de esperanza en medio de la oscuridad. Su gesto solidario, al compartir la información, busca proteger a otros de caer en las garras de "La Chokiza". Una cadena de protección tejida con la urgencia de la supervivencia.

Pero, ¿quiénes son "La Chokiza"? Más allá del nombre, que evoca una imagen grotesca y violenta, se esconde una organización criminal que ha sembrado el terror en Ecatepec. Su historial delictivo es extenso y abarca desde el narcomenudeo hasta el secuestro, pasando por la extorsión, su especialidad. Un monstruo de mil cabezas que se alimenta del miedo y la vulnerabilidad de la gente.

El "gota a gota", su método predilecto, se convierte en una trampa mortal para quienes, desesperados por obtener un préstamo, caen en sus redes. Intereses exorbitantes que estrangulan a los prestatarios, convirtiéndolos en esclavos de la deuda. La violencia extrema, la amenaza constante, el terror como herramienta de cobranza. Un círculo vicioso que parece no tener fin.

La pregunta que resuena en Ecatepec es: ¿hasta cuándo? ¿Hasta cuándo las autoridades seguirán mirando hacia otro lado? ¿Hasta cuándo la impunidad seguirá siendo el caldo de cultivo para el crecimiento de grupos criminales como "La Chokiza"? La respuesta, por ahora, se pierde en el silencio cómplice de la noche. Mientras tanto, el miedo sigue palpable en el aire, y la esperanza se aferra a la valentía de quienes se atreven a denunciar. La lucha por la seguridad y la justicia en Ecatepec continúa.