
16 de abril de 2025 a las 18:15
Delicia rosa yucateca: Saludable y ligera
Sumérgete en el vibrante mundo de la pitahaya, la joya rosa de Yucatán. Esta fruta, de exótica apariencia y delicado sabor, no solo deleita el paladar, sino que también nutre el cuerpo con una abundancia de beneficios. Imaginen un fruto cubierto por una cáscara rosada, adornada con escamas que recuerdan a las legendarias criaturas mitológicas, y que al abrirse revela una pulpa blanca salpicada de pequeñas semillas negras, como un cielo estrellado. Su nombre científico, Hylocereus undatus (o Selenicereus undatus), no le hace justicia a la magia que encierra esta fruta, conocida popularmente como pitahaya o fruta del dragón.
Más allá de su cautivadora estética, la pitahaya es un tesoro nutricional. Rica en antioxidantes, verdaderos guerreros que combaten los radicales libres y protegen nuestras células del daño, esta fruta es una aliada para la salud. Su bajo contenido calórico la convierte en la compañera ideal para quienes buscan mantener un peso saludable o incluso perder esos kilos de más, sin sacrificar el placer de un sabor exquisito.
La pitahaya, un regalo de la naturaleza tropical, prospera en los suelos cálidos y húmedos de Yucatán, donde se cosecha entre mayo y noviembre, refrescando los paladares durante la temporada de calor. Aunque se cultiva también en otros estados como Campeche, Quintana Roo, Guerrero, Puebla y Tabasco, es en Yucatán donde adquiere un protagonismo especial, formando parte integral de la cultura culinaria local.
Su consumo, arraigado en la tradición yucateca, ofrece una variedad de opciones para disfrutar de sus bondades. Desde degustarla al natural, saboreando cada bocado de su pulpa fresca y jugosa, hasta integrarla en refrescantes aguas frescas que apagan la sed y revitalizan el cuerpo, o transformarla en deliciosos postres que endulzan el paladar con un toque exótico. Los expertos en salud y nutrición recomiendan consumir las frutas en su estado natural, para aprovechar al máximo sus nutrientes y disfrutar de su sabor auténtico.
A menudo surge la confusión entre pitahaya y pitaya. Ambas pertenecen a la familia Cactaceae, pero mientras la pitahaya es del género Hylocereus, la pitaya pertenece al Stenocereus. La pitahaya es más común en el sur de México, en particular en Yucatán, donde su nombre resuena con fuerza. La pitaya, en cambio, goza de mayor reconocimiento a nivel nacional. Esta diferencia regional en la nomenclatura puede generar dudas, pero lo importante es recordar que ambas frutas, aunque distintas, comparten la riqueza y la exuberancia de la flora tropical mexicana.
La pitahaya, un tesoro rosa que nace del corazón de Yucatán, es mucho más que una fruta. Es un símbolo de la riqueza natural de la región, una fuente de salud y bienestar, y una delicia para los sentidos. Anímate a descubrir su sabor único y a disfrutar de todos los beneficios que esta joya rosa tiene para ofrecerte.
Fuente: El Heraldo de México