El verano ya está aquí, y con él, las ansiadas vacaciones en la playa. La arena dorada, el mar cristalino y el sol radiante nos llaman a disfrutar de días de relax y diversión. Sin embargo, ese anhelo por el bronceado perfecto puede convertirse en una amenaza para la salud de nuestra piel si no tomamos las precauciones adecuadas. Más allá del bronceado dorado, se esconde un peligro invisible: la sobreexposición a los rayos ultravioleta (UV).

La doctora Karla Ximena Calderón, especialista en medicina estética, nos alerta sobre los riesgos de una exposición solar sin protección. "Exponernos al sol sin protección no solo nos predispone a quemaduras solares, sino que a largo plazo puede desencadenar problemas mucho más graves, como el cáncer de piel," advierte la experta en una entrevista exclusiva para El Heraldo de México. La razón reside en la sobreestimulación de los melanocitos, las células encargadas de producir melanina, el pigmento que da color a nuestra piel. Esta sobreestimulación, provocada por la radiación UV, puede llevar a un crecimiento celular descontrolado, dando lugar a la formación de melanomas.

La doctora Calderón, quien participará en el próximo encuentro Dermaland para expertos en junio, insiste en la importancia del uso diario de protector solar, especialmente durante las vacaciones, cuando la exposición al sol es más intensa. "La recomendación ideal es aplicar protector solar cada dos horas," explica, "pero entendemos que no siempre es factible. Por ello, como mínimo, debemos aplicarlo tres veces al día, o cada cuatro horas."

La experta recomienda el uso de protectores solares con un factor de protección solar (FPS) de 50 o superior, y que además contengan zinc, un ingrediente clave para bloquear eficazmente los rayos UVA y UVB. "Un consejo práctico es utilizar un protector solar básico para la aplicación inicial y complementarlo con un protector en formato bruma o spray, fácil de llevar en el bolso y reaplicar a lo largo del día," sugiere la doctora Calderón.

Pero la protección solar no lo es todo. La doctora también destaca la importancia de una dieta rica en antioxidantes para combatir el daño celular causado por los radicales libres, producto de la exposición solar. "Los antioxidantes ayudan a regenerar la piel, prevenir la formación de arrugas y retrasar el envejecimiento prematuro," afirma. Frutas como las bayas, las naranjas y el kiwi, verduras como la espinaca y el brócoli, y alimentos como las nueces y el chocolate negro son excelentes fuentes de antioxidantes.

Además de la protección solar y una dieta rica en antioxidantes, la hidratación juega un papel fundamental en el cuidado de la piel durante la exposición solar. "Es crucial mantenerse bien hidratado, bebiendo abundante agua a lo largo del día," aconseja la doctora. "Y, en la medida de lo posible, evitar el consumo de alcohol, ya que deshidrata la piel y la hace más vulnerable al daño solar."

En resumen, disfrutar del sol y la playa no tiene por qué ser sinónimo de poner en riesgo nuestra salud. Siguiendo estos consejos de la experta, podemos disfrutar de unas vacaciones seguras y proteger nuestra piel del daño solar, manteniéndola sana y radiante por mucho tiempo. Recuerda que la prevención es la mejor defensa contra el cáncer de piel y el envejecimiento prematuro. No esperes a que sea demasiado tarde, ¡cuida tu piel hoy mismo!