
16 de abril de 2025 a las 22:45
Consejos para comer pescado y marisco sin riesgos
El sol radiante invita a disfrutar de los manjares del mar, pero ¡cuidado! La frescura de un ceviche, la intensidad de un aguachile o la exquisitez de unas mojarras al mojo de ajo pueden verse opacadas por una intoxicación alimentaria si no tomamos las precauciones necesarias. Aunque el calor nos llame a disfrutar de estos platillos, la salud debe ser siempre nuestra prioridad. Recordemos que, como indica la Clínica Mayo, una intoxicación alimentaria puede derivar de la presencia de gérmenes o agentes dañinos en los alimentos, manifestándose con malestar estomacal, diarrea y vómitos, síntomas que pueden aparecer horas o incluso días después del consumo. Si bien la mayoría de los casos son leves, existen complicaciones que pueden agravar el cuadro y requerir atención médica inmediata.
La Ciguatera, por ejemplo, es una intoxicación específica causada por el consumo de mariscos contaminados, cuyos síntomas van desde vómitos y dolor abdominal hasta complicaciones neurológicas como entumecimiento y ardor. Imaginen disfrutar de unas vacaciones en la playa y terminar con estas molestias. ¡Una verdadera pesadilla! Por eso, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) nos proporciona valiosas recomendaciones para evitar estos inconvenientes.
La clave está en la frescura. El IMSS aconseja adquirir pescados y mariscos el mismo día de su consumo. Si esto no es posible, la refrigeración adecuada es fundamental para evitar la descomposición, especialmente con las altas temperaturas que estamos experimentando. Asimismo, la cocción completa, ya sea al horno, al vapor o a la plancha, es indispensable para eliminar cualquier parásito que pueda causar enfermedades. Olvídense de consumir estos productos crudos, aunque la tentación sea grande. Un pescado o marisco con olor desagradable, incluso después de cocinado, es una señal inequívoca de que no debe consumirse.
En el caso de los productos enlatados, la revisión minuciosa es crucial. Revisen la fecha de caducidad, el etiquetado, y asegúrense de que la lata no presente abolladuras o esté abombada, señales que podrían indicar descomposición. Ante cualquier síntoma como vómito, diarrea, dolor de estómago o erupciones en la piel después de consumir productos del mar, no duden en acudir a un profesional de la salud. Un tratamiento oportuno puede marcar la diferencia.
La prevención comienza desde el momento en que elegimos nuestros ingredientes. Un pescado fresco se distingue por sus ojos brillantes y saltones, sus agallas de color rojo vivo y su carne firme y elástica al tacto. El olor a mar, fresco y suave, es otra señal de buena calidad. Desconfíen de olores fuertes o amoniacales. En el caso de los mariscos, observen que las conchas estén cerradas o que se cierren al tocarlas. Si están abiertas, descártenlas.
Recuerden, disfrutar de los sabores del mar es un placer, pero la seguridad alimentaria es primordial. Siguiendo estas recomendaciones, podremos deleitarnos con nuestros platillos favoritos sin poner en riesgo nuestra salud. ¡Buen provecho y a disfrutar con responsabilidad!
Fuente: El Heraldo de México