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16 de abril de 2025 a las 21:30

Casa Blanca amenaza con aranceles del 245% a China

La sombra de una guerra comercial sin precedentes se cierne sobre la economía global. La Casa Blanca ha lanzado una advertencia contundente: China podría enfrentar aranceles de hasta un 245% sobre sus exportaciones a Estados Unidos. Esta cifra, casi inimaginable en el contexto del comercio internacional moderno, es el resultado de una escalada de tensiones y represalias entre las dos mayores potencias económicas del mundo.

El detonante, según la administración Trump, son las represalias tomadas por China en respuesta a los aranceles impuestos por Washington. Este intercambio de golpes comerciales, que comenzó hace ya varios meses, ha generado una incertidumbre considerable en los mercados internacionales y amenaza con desestabilizar las cadenas de suministro globales.

Desglosando el 245%, encontramos una compleja estructura de gravámenes. Un arancel recíproco del 125% se suma a un 20% adicional, impuesto como castigo por lo que la Casa Blanca considera una falta de cooperación por parte de China en la lucha contra el tráfico de fentanilo. Finalmente, se añaden los aranceles de la sección 301, que oscilan entre el 7,5% y el 100%, aplicados a productos específicos. Esta combinación de medidas punitivas resulta en la astronómica cifra del 245%.

La justificación de la Casa Blanca para estas medidas se basa en la necesidad de proteger la seguridad nacional y reducir la dependencia de Estados Unidos de fuentes externas para el suministro de minerales críticos, como las tierras raras, cuyo control reside mayoritariamente en manos chinas. La reciente orden ejecutiva firmada por el presidente Trump busca precisamente analizar los riesgos que esta dependencia supone para la economía estadounidense.

Sin embargo, la imposición de aranceles tan elevados podría tener consecuencias devastadoras para ambas economías. Por un lado, las empresas estadounidenses que dependen de las importaciones chinas verían incrementados sus costes de producción, lo que podría traducirse en un aumento de los precios para los consumidores. Por otro lado, las empresas chinas perderían acceso al mercado estadounidense, lo que podría afectar gravemente a su crecimiento económico.

Mientras tanto, la Casa Blanca afirma que más de 75 países se han puesto en contacto para negociar nuevos acuerdos comerciales, aprovechando la pausa arancelaria parcial anunciada por Trump en abril. Esta estrategia busca diversificar los socios comerciales de Estados Unidos y reducir su dependencia de China. Sin embargo, la eficacia de esta estrategia a largo plazo aún está por verse.

El futuro de las relaciones comerciales entre Estados Unidos y China se presenta incierto. La amenaza de aranceles del 245% plantea un escenario de confrontación sin precedentes, con consecuencias impredecibles para la economía global. ¿Será posible alcanzar un acuerdo que evite una escalada aún mayor de las tensiones? ¿O estamos ante el inicio de una nueva era de proteccionismo y guerras comerciales? El tiempo lo dirá. Lo que es seguro es que el mundo observa con atención el desarrollo de esta compleja y preocupante situación. La posibilidad de una recesión global, impulsada por esta guerra comercial, es un fantasma que recorre los pasillos del poder y las salas de juntas de las grandes corporaciones. La incertidumbre reina, y la necesidad de encontrar una solución negociada se hace cada vez más urgente. Mientras tanto, la espada de Damocles de los aranceles del 245% pende sobre la economía global, amenazando con desencadenar una crisis de consecuencias imprevisibles.

Fuente: El Heraldo de México