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17 de abril de 2025 a las 01:10
Avistamiento OVNI: ¿Jalisco antes que CDMX?
La reciente sucesión de eventos luminosos en el cielo mexicano ha generado una ola de especulaciones y teorías, desde meteoritos hasta ovnis. Acompáñenos a desentrañar la verdad detrás de estos fenómenos que, en menos de una semana, iluminaron la noche en Michoacán, Jalisco, Colima y la Ciudad de México, dejando a su paso una estela de interrogantes y asombro.
El primer avistamiento, ocurrido el 12 de abril en la región occidental del país, mostró un objeto brillante fragmentándose en el cielo nocturno. Las redes sociales, convertidas en un hervidero de videos e imágenes, alimentaron la hipótesis de un meteorito. Sin embargo, el análisis realizado por expertos de la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación y la UNAM arroja una luz diferente sobre el suceso. La trayectoria, altura y velocidad del objeto sugieren, más bien, el reingreso de un objeto artificial a la atmósfera terrestre. Imaginen un satélite o una etapa de un cohete, finalizando su vida útil en una espectacular caída hacia la Tierra. La fricción con la atmósfera genera una incandescencia que, vista desde la superficie, se asemeja a la estela de un meteoro.
Pero la historia no termina ahí. Apenas unos días después, la madrugada del 16 de abril, la Ciudad de México fue testigo de un nuevo espectáculo luminoso. Una luz cruzó el cielo a gran velocidad, seguida de un estruendo que resonó en la capital y que, incluso, fue registrado por sismógrafos. La similitud con el evento anterior es innegable, y la teoría del reingreso de un objeto artificial cobra fuerza. Si bien algunos astrónomos descartan la posibilidad de un meteorito o meteoro, apuntando a la naturaleza de un meteoroide desintegrándose en la atmósfera, la explicación del objeto artificial parece encajar mejor con las observaciones.
Una de las claves para diferenciar estos fenómenos radica en la duración y la trayectoria. Mientras que los meteoros pueden surcar el cielo durante varios minutos en una línea relativamente recta y horizontal, los objetos artificiales en reingreso presentan un desplazamiento más lento y, como se observó en el primer evento, pueden fragmentarse, dejando un rastro persistente de luz. Además, la ausencia de un estallido, característico de los meteoros, apunta hacia la naturaleza artificial del objeto.
Es importante destacar que, hasta el momento, no se han reportado impactos en tierra ni daños relacionados con estos eventos. La desintegración completa en la atmósfera es un factor crucial que minimiza el riesgo para la población. Sin embargo, la incertidumbre y la falta de confirmación oficial siguen alimentando el debate. ¿Estamos ante la caída de chatarra espacial o se trata de fenómenos naturales aún no comprendidos del todo? La ciencia continúa investigando para desentrañar el misterio de las luces en el cielo mexicano. Mientras tanto, la fascinación y la especulación se mantienen vivas, recordándonos la inmensidad del universo y los enigmas que aún nos quedan por resolver.
Fuente: El Heraldo de México