
17 de abril de 2025 a las 01:55
Adiós a Carlos Robledo, leyenda del techno mexicano.
El eco de los sintetizadores se apaga, pero la resonancia de su genio permanece. Carlos Robledo, el alquimista de los sonidos, el arquitecto de atmósferas electrónicas que desafiaron las convenciones y expandieron los horizontes musicales de México, nos ha dejado. Su partida, confirmada este 16 de abril, deja un vacío inmenso en la escena nacional, pero también un legado imborrable que continuará inspirando a generaciones de músicos.
Robledo no fue simplemente un músico; fue un visionario. Un pionero que, con la audacia de un explorador, se adentró en los territorios inexplorados de la música electrónica cuando aún era una rareza en el panorama mexicano. Con Decibel, su primera gran aventura sonora, trascendió las barreras del rock progresivo para adentrarse en un universo de experimentación sónica, donde los sintetizadores dialogaban con la vanguardia y la psicodelia, creando paisajes sonoros hipnóticos y desafiantes. Decibel no fue solo una banda; fue una declaración de principios, una apuesta radical por la innovación que marcó un antes y un después en la música mexicana. Imaginen un México donde la electrónica aún no había encontrado su voz, un país dominado por las guitarras y los ritmos tradicionales. En ese contexto, Robledo y Decibel irrumpieron como un relámpago, abriendo brecha para las futuras generaciones de músicos electrónicos.
Pero la inquietud creativa de Robledo no se detuvo ahí. Con Size, su siguiente proyecto, inyectó una dosis de energía punk a la electrónica, fusionando la crudeza y la rebeldía del género con la precisión y la sofisticación de los sintetizadores. Size no era para los tímidos; era música para confrontar, para bailar hasta el agotamiento, para cuestionar las normas establecidas. Su impacto resonó no solo en México, sino en toda Latinoamérica, convirtiéndose en un referente indiscutible de la electrónica más visceral y provocadora. Piensen en la potencia de un sintetizador desatado, combinado con la furia contenida del punk. Esa era la esencia de Size, una propuesta arriesgada y transgresora que desafiaba las etiquetas y rompía los moldes preestablecidos.
Más allá de su virtuosismo musical, Carlos Robledo fue un mentor, una figura inspiradora para countless jóvenes músicos que encontraron en su obra un faro en la oscuridad. Su generosidad al compartir su conocimiento y su pasión por la música lo convirtieron en un catalizador para el desarrollo de la escena electrónica mexicana. Muchos de los artistas que hoy brillan con luz propia en el panorama nacional le deben una parte de su éxito a la influencia de Robledo, a su visión de futuro y a su inquebrantable fe en el poder transformador de la música.
La muerte de Carlos Robledo cierra un capítulo fundamental en la historia de la música electrónica en México. Sin embargo, su legado, como las ondas sonoras que se expanden infinitamente, seguirá resonando en el éter digital, inspirando a nuevas generaciones a explorar los límites de la creatividad y a desafiar las convenciones. Su música, como un testimonio eterno de su genio, continuará vibrando en cada secuencia, en cada sintetizador, en cada latido electrónico que emerja del underground mexicano. Y cada vez que escuchemos esos sonidos, recordaremos a Carlos Robledo, el alquimista de los sonidos, el arquitecto de sueños electrónicos, el visionario que nos enseñó a escuchar el futuro.
Fuente: El Heraldo de México