La tragedia vuelve a teñir de luto las aguas de Ixmiquilpan. Un niño de tan solo 10 años perdió la vida en una alberca del parque acuático Maguey Blanco, enlutando a su familia y encendiendo las alarmas sobre la seguridad en estos espacios recreativos. El menor, originario de Querétaro, se encontraba disfrutando del periodo vacacional con su familia cuando ocurrió el fatal accidente. Según informes de la Secretaría de Seguridad Pública estatal (SSPH), el pequeño ingresó a una alberca de mayor profundidad sin la supervisión de un adulto. A pesar de la rápida intervención del personal de salvavidas, quienes lo rescataron del agua y lo trasladaron al Hospital Regional de Taxadho, el niño ya no respiraba y lamentablemente falleció.

Este incidente ha conmocionado a la comunidad y ha abierto una herida que apenas comenzaba a cicatrizar. Recordemos que en octubre del año pasado, otro menor, de siete años, perdió la vida en circunstancias similares en el sistema de grutas Xahjá, lo que evidencia una preocupante tendencia que exige atención inmediata. La Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo (PGJEH) ya ha iniciado una carpeta de investigación para deslindar responsabilidades y determinar si hubo negligencia por parte del parque acuático. Mientras tanto, la sombra de la duda y el dolor se ciernen sobre las familias afectadas.

El alcalde de Ixmiquilpan, Emmanuel Hernández Pascual, ha expresado su profundo pesar por la tragedia y ha anunciado medidas para prevenir futuros incidentes. Se ha comprometido a reunirse con los responsables de los parques acuáticos de la región para revisar y reforzar los protocolos de seguridad, especialmente durante la temporada vacacional, cuando la afluencia de visitantes aumenta considerablemente. El llamado a la responsabilidad individual es crucial. El alcalde ha instado a la población a extremar precauciones y a supervisar constantemente a los menores de edad, especialmente en áreas acuáticas de mayor profundidad. “Estos lamentables sucesos podrían evitarse con la presencia y vigilancia constante de los padres”, enfatizó el edil, recordando que la seguridad de los niños es una responsabilidad compartida.

Las autoridades municipales han hecho hincapié en la importancia de la colaboración ciudadana. Durante la temporada vacacional, los balnearios y centros acuáticos registran llenos totales, lo que dificulta la labor de vigilancia del personal. Por ello, la participación activa de los padres de familia es fundamental para garantizar la seguridad de sus hijos. No se trata solo de observar desde la distancia, sino de estar presentes, atentos a cada movimiento, y evitar que los menores accedan a zonas de riesgo sin la supervisión adecuada. La vida de nuestros niños es un tesoro invaluable que debemos proteger con responsabilidad y compromiso. No permitamos que la diversión se transforme en tragedia. Informémonos, prevengamos y actuemos con prudencia para que las vacaciones sean un tiempo de alegría y descanso para todos.