La tragedia se ha cernido sobre las carreteras del Estado de México esta mañana. Dos vidas segadas, dos familias destrozadas, y una creciente preocupación por la seguridad de los motociclistas en nuestras vías. Dos accidentes, ocurridos en Naucalpan y Chalco respectivamente, han dejado un saldo fatal de dos motociclistas fallecidos. Las circunstancias, aunque distintas, nos obligan a reflexionar sobre la fragilidad de la vida y la importancia de la prudencia al volante.

En Naucalpan, la imagen del joven motociclista, con su chamarra negra, pantalón de mezclilla azul y tenis verdes, yacía inerte sobre el asfalto del Periférico Norte, a la altura de la Unidad Cuauhtémoc. A las 7:00 de la mañana, la vida de este joven se apagó tras ser brutalmente atropellado por un tráiler. El conductor, cobardemente, se dio a la fuga, abandonando a su víctima a su suerte. Las autoridades, con la ayuda de las cámaras de seguridad, están trabajando arduamente para dar con el paradero de este individuo y llevarlo ante la justicia. Mientras tanto, la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJ) realiza las investigaciones pertinentes para esclarecer los hechos y dar consuelo a la familia del fallecido. Este trágico suceso nos recuerda la importancia del respeto a las leyes de tránsito y la necesidad de concientizar a los conductores de vehículos pesados sobre la vulnerabilidad de los motociclistas.

Casi una hora después, en el municipio de Chalco, otro motociclista perdía la vida. En la carretera Chalco-Cuautla, frente al CEDIS, el exceso de velocidad le jugó una mala pasada. Perdió el control de su motocicleta y terminó derrapando sobre el asfalto. A pesar de la rápida respuesta de los servicios de emergencia, nada pudieron hacer por salvar su vida. El Ministerio Público se presentó en el lugar para iniciar la carpeta de investigación correspondiente. Este accidente nos recuerda la importancia de la responsabilidad individual al conducir una motocicleta. La velocidad, aunque atractiva, puede ser mortal. La prudencia y el respeto a los límites de velocidad son fundamentales para preservar la vida.

Estos dos lamentables sucesos nos interpelan como sociedad. ¿Qué estamos haciendo para proteger a los motociclistas en nuestras carreteras? ¿Son suficientes las medidas de seguridad vial que tenemos implementadas? Es necesario un debate serio y profundo sobre este tema. Debemos trabajar juntos, autoridades, conductores y motociclistas, para crear un entorno vial más seguro para todos. La educación vial, la mejora de la infraestructura y el endurecimiento de las sanciones para aquellos que infringen las leyes de tránsito son algunas de las medidas que podrían contribuir a reducir la cantidad de accidentes. No podemos permitir que más vidas se pierdan en nuestras carreteras. Cada vida es valiosa y debemos hacer todo lo posible para protegerla.

La solidaridad con las familias de las víctimas es fundamental en estos momentos de dolor. Esperamos que encuentren consuelo y justicia. Y que estos trágicos sucesos sirvan como un llamado a la reflexión y a la acción para construir un futuro donde las carreteras sean un lugar seguro para todos.