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15 de abril de 2025 a las 06:15

Miguel "N" se burla de la familia de María José

La sombra de Miguel "N" se extiende más allá de la muerte. La noticia de su fallecimiento, lejos de traer calma, ha abierto una caja de Pandora llena de interrogantes y dolor renovado para las familias de las víctimas. El cinismo y la crueldad que demostró hasta sus últimos días, burlándose del dolor de quienes dejó atrás, evidencian una perversidad que hiela la sangre. ¿Cómo es posible que, desde el encierro de una prisión, pudiera acceder a los datos de contacto de Fernanda, hermana de María José, su última víctima? ¿Qué fallas en el sistema permitieron que este depredador continuara infligiendo dolor, incluso tras las rejas? La abogada Erendali Trujillo, voz de las víctimas, pinta un panorama desolador de negligencia y falta de sensibilidad por parte de las autoridades. No solo no se protegió la información de las familias, sino que se les ha negado el acceso a información crucial sobre la investigación y la muerte del presunto feminicida. La necropsia, un procedimiento fundamental para esclarecer las circunstancias del fallecimiento, se ha convertido en otro punto de conflicto. La falta de transparencia alimenta las sospechas y la desconfianza. ¿Qué se oculta tras este hermetismo? ¿Se está haciendo todo lo posible para llegar al fondo de este caso y garantizar que se haga justicia, aunque sea póstumamente?

La indignación de Cassandra, la única sobreviviente de los ataques de Miguel "N", es un grito desgarrador que resuena en la conciencia colectiva. Para ella, la muerte del presunto asesino no es justicia, sino una salida fácil. Le han arrebatado la posibilidad de enfrentarlo en un juicio, de ver que se reconozcan sus crímenes y se le condene por ellos. Su dolor y su frustración son compartidos por muchas otras mujeres que han sufrido la violencia machista y que ven cómo el sistema, una y otra vez, les falla. La lucha por la justicia no termina con la muerte de Miguel "N". Al contrario, se convierte en una obligación moral para la sociedad y para las instituciones. Es imperativo que se investigue a fondo cómo operaba este presunto feminicida serial, qué redes de apoyo pudo haber tenido y cómo logró evadir a la justicia durante tanto tiempo. Solo así se podrá prevenir que tragedias como esta se repitan.

El caso de Miguel "N" no es un hecho aislado, sino un síntoma de una enfermedad social profunda. La violencia contra las mujeres es una realidad lacerante que exige acciones concretas y contundentes. No basta con lamentar las pérdidas y condenar los hechos. Es necesario implementar políticas públicas que protejan a las mujeres, que eduquen en igualdad y que erradiquen la cultura machista que alimenta la violencia. La memoria de María José, de las otras víctimas y el sufrimiento de Cassandra nos interpelan a todos. No podemos permitir que sus voces se pierdan en el silencio. Debemos exigir justicia, verdad y reparación. Debemos construir una sociedad donde las mujeres puedan vivir libres y seguras, sin miedo a ser la próxima víctima.

La pregunta que queda flotando en el aire es: ¿qué estamos haciendo como sociedad para que esto no vuelva a suceder? El caso de Miguel "N" debe ser un punto de inflexión, un llamado a la acción para que la justicia no sea una palabra vacía, sino una realidad tangible para todas las mujeres.

Fuente: El Heraldo de México