
16 de abril de 2025 a las 01:35
México: ¿Quién sufre el arancel del jitomate?
La amenaza de nuevos aranceles a la importación de tomate mexicano por parte de Estados Unidos ha generado una gran incertidumbre en el sector agrícola mexicano. Recordemos que México es un gigante en la producción de este fruto, ocupando el séptimo lugar a nivel mundial con más de 3.6 millones de toneladas producidas en 2023. Esta industria no solo genera miles de empleos directos e indirectos, sino que también representa una fuente vital de divisas para el país. La imposición de un arancel del 20.91%, como propone la administración estadounidense, podría tener consecuencias devastadoras para los productores mexicanos, especialmente para los pequeños y medianos agricultores que dependen en gran medida de la exportación a Estados Unidos.
El argumento esgrimido por el gobierno estadounidense se centra en la supuesta competencia desleal por los precios "injustos" del tomate mexicano. Sin embargo, esta afirmación no considera las diferencias en los costos de producción, los avances tecnológicos y la eficiencia que han logrado los productores mexicanos a lo largo de los años. Además, el Acuerdo de Suspensión de la Investigación Antidumping de 2019 ha funcionado como un marco regulatorio que ha permitido un comercio justo y equilibrado entre ambos países. Romper este acuerdo de manera unilateral genera un precedente preocupante y abre la puerta a futuras disputas comerciales.
La dependencia del mercado estadounidense es un factor clave en esta ecuación. Si bien México exporta tomate a otros países como Canadá, Japón y varios en Latinoamérica, Estados Unidos absorbe la gran mayoría de la producción destinada a la exportación. Esto hace que la economía mexicana sea vulnerable a las decisiones políticas y comerciales tomadas en Washington. Es fundamental que el gobierno mexicano diversifique sus mercados de exportación y fortalezca las relaciones comerciales con otros países para reducir esta dependencia.
La incertidumbre generada por esta situación afecta no solo a los productores, sino también a los consumidores estadounidenses. Un aumento en los aranceles inevitablemente se traducirá en un incremento en el precio del tomate en los supermercados estadounidenses. Esto impactará directamente en el bolsillo de los consumidores, quienes tendrán que pagar más por un producto básico en su dieta. Es importante recordar que el tomate mexicano no solo es competitivo en precio, sino también en calidad y variedad, ofreciendo opciones que satisfacen las demandas de los consumidores más exigentes.
El diálogo y la negociación son la clave para resolver esta disputa comercial. El gobierno mexicano ha expresado su disposición a entablar conversaciones con las autoridades estadounidenses para encontrar una solución que beneficie a ambas partes. Es crucial que se priorice el diálogo constructivo y se eviten las medidas unilaterales que puedan perjudicar la relación bilateral. La cooperación y el entendimiento mutuo son esenciales para garantizar un comercio justo y sostenible en beneficio de los productores y consumidores de ambos países. La estabilidad del mercado del tomate depende de ello.
Fuente: El Heraldo de México