La Feria del Caballo, tradicional festejo del municipio mexiquense de Texcoco, se vio empañada por un acto de hurto que ha generado indignación entre los asistentes y comerciantes. Un video, captado por las cámaras de seguridad de un puesto de bebidas alcohólicas, revela la astucia y la desfachatez con la que un par de individuos se apropiaron del bote de propinas de los trabajadores. Las imágenes muestran la escena con claridad: un joven, visiblemente afectado por el alcohol, juguetea con la idea del robo frente a su acompañante, una mujer que, en un primer momento, parece reprender su comportamiento. Este primer intento fallido, donde la mujer logra convencerlo de devolver el bote a su lugar, nos hace creer por un instante que la conciencia ha prevalecido. Sin embargo, la historia da un giro inesperado.

La intervención de un tercer personaje, aparentemente ajeno a la pareja, cambia el curso de los acontecimientos. Este cómplice, con una rapidez y discreción que delatan una posible premeditación, toma otro bote de propinas y se lo entrega sigilosamente al joven de chamarra negra, quien lo esconde entre sus ropas sin que nadie se percate. La coordinación entre ambos sugiere que no se trata de un acto improvisado, sino de una estrategia previamente planeada. Este detalle introduce una nueva capa de complejidad al incidente: ¿se trata de una banda organizada que opera dentro de la feria? ¿Cuántos otros comerciantes han sido víctimas de este tipo de robos?

La indignación se extiende más allá del valor monetario de las propinas. Se trata de un ataque a la honestidad y el esfuerzo de los trabajadores, quienes dependen de estas gratificaciones para complementar sus ingresos. La Feria del Caballo, un espacio tradicionalmente asociado a la alegría y la convivencia familiar, se ve manchada por este acto de mezquindad. La impunidad con la que se llevaron a cabo los hechos, a plena luz del día y frente a testigos, deja un sabor amargo y genera preocupación sobre la seguridad dentro del recinto ferial. ¿Qué medidas se están tomando para garantizar la seguridad de los comerciantes y los asistentes?

Hasta el momento, las autoridades no han emitido ningún comunicado al respecto. Se desconoce si los afectados han presentado una denuncia formal y si se ha iniciado una investigación para identificar y detener a los responsables. La difusión del video en redes sociales ha generado una ola de comentarios que exigen justicia y un mayor control por parte de los organizadores de la feria. La comunidad espera una respuesta pronta y efectiva que devuelva la confianza en la seguridad y la integridad de este importante evento cultural. El futuro de la Feria del Caballo, como un espacio seguro y familiar, depende de la capacidad de las autoridades para responder a este tipo de incidentes y garantizar la tranquilidad de todos sus participantes. Quedamos a la espera de más información y confiamos en que la justicia prevalecerá.