
15 de abril de 2025 a las 05:20
Justicia Negada: Un Año Sin Majo
La sombra de la impunidad se cierne sobre el caso del "Químico de Iztacalco", dejando un reguero de dolor e incertidumbre en las familias de las víctimas. La noticia de su repentina muerte, presuntamente por una caída y posterior paro cardiorrespiratorio dentro del Reclusorio Oriente, ha generado más preguntas que respuestas. ¿Fue un accidente? ¿Un suicidio encubierto? ¿O acaso una maniobra para evadir la justicia? La incredulidad y la desconfianza se palpan en el aire, alimentadas por la opacidad que ha rodeado el caso desde el principio.
El clamor por la verdad resuena en las palabras de Ernesto Hoyuela, padre de María José, la última víctima confirmada de este presunto feminicida serial. Su carta, un desgarrador testimonio de dolor y frustración, expresa la amargura de una justicia negada. "No hay un final feliz", sentencia, reflejando la impotencia ante la posibilidad de que la muerte del "Químico" haya silenciado para siempre las respuestas que buscaban. La duda corroe: ¿cómo es posible que un reo, bajo custodia, sufra una caída fatal sin que nadie intervenga a tiempo? ¿Por qué se enteraron por redes sociales y no por las autoridades correspondientes? La sospecha de un posible encubrimiento se instala, agravando la herida de la pérdida.
La abogada de la familia, Eréndali Trujillo, añade otra capa de inquietud al revelar la perturbadora llamada telefónica que Miguel "N" realizó a la hermana de María José días antes de su muerte. Una burla cruel, una demostración de impunidad que deja al descubierto la vulnerabilidad de las víctimas incluso tras los muros de la prisión. ¿Cómo obtuvo el número de teléfono? ¿Quién le permitió hacer esa llamada? Estas preguntas, sin respuesta, alimentan la desconfianza en el sistema y la sensación de que la verdad se les escapa de las manos.
La Fiscalía de la Ciudad de México asegura estar investigando las circunstancias de la muerte de Miguel "N", pero la sombra de la duda persiste. Los estudios periciales, los exámenes toxicológicos y la necropsia son pasos necesarios, pero insuficientes para disipar la incertidumbre y la indignación. Las familias exigen transparencia, exigen respuestas, exigen que se esclarezca no solo la causa de la muerte del presunto feminicida, sino también la red de complicidades que pudo haber permitido sus crímenes y ahora, quizás, su impune fallecimiento.
El caso del "Químico de Iztacalco" trasciende la tragedia individual. Se convierte en un símbolo de la lucha contra la violencia de género y la impunidad en México. Un recordatorio doloroso de la deuda que el sistema tiene con las víctimas y sus familias. La búsqueda de justicia continúa, a pesar del dolor y la frustración. La memoria de María José y de todas las mujeres víctimas de feminicidio es el motor que impulsa la exigencia de un país donde la vida de las mujeres sea valorada y protegida.
Fuente: El Heraldo de México