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15 de abril de 2025 a las 18:55
Evita que tu celular se sobrecaliente esta primavera
El calor del verano, ese abrazo cálido que nos invita a disfrutar del aire libre, puede convertirse en un enemigo silencioso para nuestros fieles compañeros tecnológicos. Desde el smartphone que llevamos en el bolsillo hasta la tablet que nos acompaña en las tardes de ocio, los dispositivos electrónicos sufren las consecuencias de las altas temperaturas. Más allá de la incomodidad que produce sostener un teléfono caliente, el sobrecalentamiento puede desencadenar una serie de problemas que van desde un rendimiento lento y pantallas oscuras, hasta reinicios inesperados y, en casos extremos, daños permanentes en los componentes internos.
¿Te has preguntado alguna vez por qué tu teléfono se convierte en una pequeña estufa en los días de verano? La respuesta, en muchos casos, se esconde en un accesorio aparentemente inofensivo: la funda protectora. Si bien estas fundas cumplen una función vital en la protección contra golpes y arañazos, también actúan como aislantes térmicos, impidiendo que el calor generado por el funcionamiento del dispositivo se disipe correctamente. Imaginen una manta cubriendo un radiador: el calor se acumula, impidiendo que el sistema de enfriamiento funcione eficientemente.
Este fenómeno se intensifica con el uso de fundas de ciertos materiales. Las fundas de silicona, cuero o plástico grueso son particularmente problemáticas, ya que retienen el calor de forma más eficiente que otros materiales. Es como si vistiéramos a nuestros dispositivos con un abrigo de invierno en pleno verano. El resultado es un aumento de la temperatura interna que puede afectar el rendimiento e incluso dañar la batería a largo plazo.
Entonces, ¿qué podemos hacer para proteger nuestros dispositivos del calor sin renunciar a la protección que ofrecen las fundas? Una solución sencilla y efectiva es retirar la funda cuando el teléfono no esté en uso, especialmente durante la carga. Conectar un teléfono a la corriente mientras está enfundado es como cargarlo dentro de un horno. El calor generado por la carga, sumado al efecto aislante de la funda, crea un ambiente propicio para el sobrecalentamiento.
Por supuesto, retirar la funda cada vez que llegamos a casa no siempre es práctico, especialmente si somos propensos a los accidentes. En estos casos, una alternativa es optar por fundas fabricadas con materiales que disipen el calor de forma más eficiente. Las fundas de metal, por ejemplo, aunque no impiden el calentamiento, permiten una mejor disipación del calor gracias a su conductividad térmica.
Otro factor a considerar es el uso intensivo del dispositivo. Jugar videojuegos, ver videos en streaming o utilizar aplicaciones que demandan mucha potencia del procesador genera una mayor cantidad de calor. En estos casos, es recomendable hacer pausas regulares para permitir que el teléfono se enfríe, y evitar utilizarlo en ambientes con temperaturas elevadas, como bajo la luz directa del sol o dentro de un coche aparcado.
En resumen, proteger nuestros dispositivos del calor del verano es esencial para garantizar su buen funcionamiento y prolongar su vida útil. Prestar atención a los materiales de las fundas, retirarlas cuando sea posible y evitar el uso intensivo en ambientes calurosos son medidas sencillas pero efectivas que pueden marcar la diferencia. Cuidar nuestros dispositivos es una inversión a largo plazo, y un pequeño gesto como retirar la funda puede evitar grandes problemas en el futuro.
Fuente: El Heraldo de México