La travesía del Nuevo Éxodo por la Democracia continúa su rumbo, dejando a su paso una estela de esperanza y diálogo. En su segunda semana, este movimiento ciudadano ha recorrido el oriente de México, palpando el pulso de Veracruz, Puebla y Tlaxcala. El objetivo es claro: llevar el mensaje de una justicia electoral más cercana a la gente, más transparente y, sobre todo, más justa.

Veracruz, tierra de heroísmo y vitalidad, recibió con los brazos abiertos la propuesta de hacer más con menos. Desde los cañaverales hasta las aulas universitarias, se escuchó el clamor por una justicia que sea reflejo del coraje y la determinación de su gente. En el emblemático Café La Parroquia de Xalapa, un encuentro con periodistas locales se convirtió en un foro para debatir sobre el papel fundamental de la justicia electoral en la estabilidad social y el desarrollo del país. La transparencia y la máxima publicidad de este proceso inédito se alzaron como pilares fundamentales para garantizar la participación ciudadana informada e imparcial.

En Puebla, la conversación se profundizó en torno a la imparcialidad y la congruencia en la aplicación de las leyes. Integrantes de la Barra de Litigación Oral Penal compartieron experiencias que ilustran la importancia de que la justicia electoral no se convierta en un instrumento político, sino en un garante de la legalidad. La reunión con líderes empresariales, organizada por la Canacintra Puebla, puso de manifiesto la estrecha relación entre la certeza electoral y la confianza para invertir y generar crecimiento económico.

Finalmente, en Tlaxcala, cuna del mestizaje y con 500 años de historia a sus espaldas, la sociedad civil tomó el protagonismo. En un conversatorio con medios locales y el Club Rotario, se hizo un llamado a la participación activa de la ciudadanía en este proceso electoral. Amplificar las voces de quienes recorren el país llevando el mensaje de la justicia electoral se convirtió en un objetivo compartido.

El Nuevo Éxodo por la Democracia no es solo un recorrido geográfico, es un viaje al corazón de la justicia electoral. Es la búsqueda de una justicia que escuche, que acompañe y que resuelva con imparcialidad. Una justicia que promueva la paz, la certeza y la estabilidad, y que contribuya a la construcción de un país más próspero. Es una marcha que se construye con el diálogo, la participación ciudadana y la convicción de que la justicia es la base de una verdadera democracia. El camino es largo, pero cada paso dado, cada voz escuchada, cada mano estrechada, acerca un poco más la victoria de la justicia, la victoria del pueblo.