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14 de abril de 2025 a las 23:55
Quesadilla: La Reina del Antojo Mundial
El inconfundible aroma a tortilla tostada y queso derretido nos transporta inmediatamente a las calles de México, donde la quesadilla, ese manjar sencillo pero poderoso, reina suprema. Recientemente, Taste Atlas, la plataforma que cataloga y celebra la gastronomía mundial, la ha coronado como uno de los mejores snacks del planeta, ubicándola en el puesto número 26. Un reconocimiento más que merecido para esta delicia que ha conquistado paladares a lo largo y ancho del globo.
Su preparación, aunque simple, encierra un arte culinario ancestral. Una tortilla, ya sea de maíz, como dicta la tradición en el sur de México, o de harina, preferida en el norte, se convierte en el lienzo perfecto para el queso fundido. Ese abrazo cálido y dorado que se logra en el comal o la sartén es la clave de su irresistible textura y sabor. Y es que, aunque la base sea sencilla, las posibilidades son infinitas.
Desde el guacamole cremoso y la salsa picante que encienden los sentidos, hasta las frescas verduras que aportan un contraste crujiente, la quesadilla se presta a un sinfín de acompañamientos. Tomate picado, cebolla finamente rebanada, lechuga fresca y chiles vibrantes se unen a la fiesta de sabores, creando una experiencia culinaria completa y satisfactoria.
Sin embargo, el origen de la quesadilla, como muchos aspectos fascinantes de la historia, está envuelto en un halo de misterio. Si bien se sabe que el queso, ingrediente esencial de esta delicia, llegó a México con los españoles durante la época colonial, junto con otros productos lácteos que transformarían la gastronomía local, el maíz, la otra mitad de esta ecuación perfecta, es un ingrediente ancestral, profundamente arraigado en la cultura mexicana. Esta fusión de culturas dio origen a un antojito único, una expresión culinaria que representa la rica historia del país. Taste Atlas, en su análisis, destaca precisamente esta dualidad, señalando que los españoles la bautizaron como "quesadilla", un diminutivo cariñoso que significa "cosita con queso".
Curiosamente, uno de los debates más acalorados entre los mexicanos no gira en torno a la política o el fútbol, sino a la definición misma de la quesadilla. Mientras que en el norte y el sur del país el queso es un ingrediente innegociable, en la Ciudad de México la tradición toma un giro inesperado. Aquí, la quesadilla puede prescindir del queso y rellenarse con guisos de todo tipo: chorizo picante, carne jugosa, pollo deshebrado, hongos terrosos o la delicada flor de calabaza. Una variante que, aunque pueda sorprender a los puristas, demuestra la versatilidad y la capacidad de adaptación de este platillo icónico.
Taste Atlas, consciente de esta controversia culinaria, menciona que, si bien la quesadilla puede incluir otros ingredientes, "el queso siempre es obligatorio (excepto en la Ciudad de México, donde el queso en una quesadilla suele ser una opción de último momento)". Una afirmación que seguramente avivará la discusión, pero que también resalta la riqueza y la diversidad de la gastronomía mexicana. Al final, con queso o sin queso, la quesadilla sigue siendo un símbolo de la cultura culinaria mexicana, un bocado de historia que nos conecta con nuestras raíces y nos deleita con su sabor inigualable. Un verdadero tesoro gastronómico que ha trascendido fronteras y se ha ganado un lugar en el corazón (y el estómago) del mundo entero.
Fuente: El Heraldo de México