
14 de abril de 2025 a las 05:40
La sabiduría de Vargas Llosa: sus frases más inspiradoras
El silencio ha caído sobre el mundo literario. Un silencio denso, pesado, que nos recuerda la ausencia irremediable de una voz que resonó durante décadas, una voz que dio vida a mundos complejos y personajes inolvidables, una voz que desafió el poder y celebró la resistencia del espíritu humano: Mario Vargas Llosa nos ha dejado. Su partida, aunque esperada dada su avanzada edad, nos golpea con la fuerza de una verdad incómoda, la verdad de la finitud, la verdad de que incluso los gigantes literarios, como nuestro querido Nobel, son mortales.
La noticia, confirmada por su hijo Álvaro, ha recorrido el mundo como un reguero de pólvora, dejando a su paso una estela de tristeza y admiración. Tristeza por la pérdida de un maestro de las letras, admiración por el legado monumental que nos deja. Un legado que trasciende las fronteras geográficas y temporales, un legado que seguirá inspirando a generaciones de lectores y escritores.
Recordamos hoy sus palabras, pronunciadas con emoción en la ceremonia del Nobel, palabras que nos hablan de la magia de la literatura, de su poder transformador, de su capacidad para convertir lo ordinario en extraordinario y lo efímero en eterno. "Crear una vida paralela donde refugiarnos contra la adversidad", decía, y cuánta verdad hay en esa frase. ¿Cuántos de nosotros no hemos encontrado consuelo y refugio en las páginas de sus libros, en las historias que nos transportaron a otros mundos, a otras realidades, permitiéndonos escapar, aunque sea por un instante, de las crudezas de la vida?
Vargas Llosa no solo fue un escritor excepcional, sino también un intelectual comprometido con su tiempo, un observador agudo de la realidad latinoamericana, un crítico implacable de los abusos de poder. Su obra, una cartografía de las estructuras de poder, como la describió la Academia Sueca, es un testimonio de su compromiso con la justicia social, con la defensa de la libertad y la democracia.
Hoy, mientras el mundo llora su partida, nos queda el consuelo de su obra, un tesoro literario que nos acompañará siempre. Podemos releer sus novelas, volver a sumergirnos en la atmósfera opresiva de "Conversación en La Catedral", revivir la rebeldía juvenil de "La ciudad y los perros", o adentrarnos en la compleja trama de "La fiesta del Chivo". Cada página, cada palabra, es un fragmento de su genio, un eco de su voz inconfundible.
Su partida deja un vacío inmenso en el panorama literario hispanoamericano, un vacío que difícilmente podrá ser llenado. Pero nos queda su legado, una obra monumental que nos invita a reflexionar, a cuestionar, a soñar. Y eso, quizás, sea el mejor homenaje que podemos rendirle: seguir leyendo, seguir escribiendo, seguir soñando, inspirados por la fuerza y la belleza de su palabra. Descanse en paz, Maestro. Su voz seguirá resonando en nuestros corazones, en nuestras mentes, en las páginas de sus libros, por siempre.
Fuente: El Heraldo de México