
14 de abril de 2025 a las 04:15
El adiós del Nobel: Vargas Llosa en su última aparición.
La inesperada partida de Mario Vargas Llosa nos sume en una profunda tristeza, pero también nos invita a reflexionar sobre la inmensa riqueza de su legado. A pocos días de celebrar su cumpleaños número 89, el Nobel peruano nos regaló una última y emotiva imagen: un paseo por los rincones de Lima que inspiraron sus inolvidables historias. Acompañado de su nieto, Leandro, Vargas Llosa revivió los escenarios de sus creaciones, como un último susurro literario a la ciudad que lo vio nacer y crecer como escritor. Este recorrido, más que un simple paseo, se convierte ahora en un símbolo, en una despedida llena de significado.
Recorrer Cinco Esquinas, escenario de intrigas y pasiones en su novela homónima, y también de la melancolía de "Le dedico mi silencio", su última obra, nos permite comprender la profunda conexión entre la vida y la obra del escritor. Imaginemos a Vargas Llosa, con la mirada puesta en la casa natal de Felipe Pinglo, personaje de su última novela, recordando quizás las horas dedicadas a construir su historia, a darle vida a través de la palabra. Y la Quinta Heeren, testigo silencioso de tantas transformaciones, ¿qué secretos le habrá susurrado al oído del Nobel en ese último encuentro?
Este paseo "literario" no fue un hecho aislado, sino la culminación de una serie de visitas a lugares emblemáticos de su vida y obra. Recordemos su paso por la prisión de Lurigancho, escenario de la cruda realidad plasmada en "Historia de Mayta", una obra que nos confronta con las heridas del pasado. Y cómo olvidar su visita al Colegio Militar Leoncio Prado, la cuna de "La ciudad y los perros", la novela que lo catapultó a la fama internacional y que marcó a toda una generación. Estos recorridos, realizados en los últimos meses de su vida, nos revelan la necesidad del escritor de reencontrarse con sus orígenes, de cerrar un ciclo vital y literario.
A pesar de los rumores sobre su salud, desmentidos por su hijo Álvaro, era evidente que el ritmo del Nobel se había desacelerado. A sus casi 90 años, había decidido bajar la intensidad de sus actividades, concentrándose en disfrutar de los momentos más preciados. El año 2023 marcó un punto de inflexión en su carrera: la publicación de "Le dedico mi silencio", una novela que muchos consideran su testamento literario, y la despedida de su columna "Piedra de Toque" en el diario El País, tras más de tres décadas de análisis agudo y reflexiones provocadoras. Cerrar estos capítulos, sin duda, le permitió enfrentar la última etapa de su vida con serenidad y plenitud.
Las fotografías de su último paseo por Lima, junto a su nieto, se convierten ahora en un tesoro invaluable. Son el testimonio del amor por su tierra, por las calles que lo vieron soñar y crear. Son la imagen de un hombre que, a pesar de la fama y el reconocimiento internacional, nunca olvidó sus raíces.
Mario Vargas Llosa nos deja un vacío imposible de llenar. Pero también nos deja un universo literario inagotable, un legado que seguirá inspirando a generaciones de lectores. Sus novelas, ensayos y artículos periodísticos son un espejo de la realidad latinoamericana, una ventana a las complejidades del ser humano. Su voz, silenciada ahora, seguirá resonando en cada página, en cada palabra, en cada historia que nos regaló. Su obra, inmortal como él mismo, nos acompañará siempre.
Fuente: El Heraldo de México