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14 de abril de 2025 a las 09:40
Domina el Riesgo: Guía para tu Éxito
La creciente interconexión global ha tejido una red compleja donde los riesgos, desde pandemias hasta crisis financieras, trascienden fronteras y afectan a todos, ricos y pobres, aunque con distinta intensidad. El Informe sobre el Desarrollo Mundial (IDM) 2023 pone el dedo en la llaga: la administración del riesgo no es un lujo, sino una herramienta esencial para el desarrollo, un escudo protector y un catalizador de progreso. Ya no podemos permitirnos reaccionar de forma improvisada ante las crisis. La clave reside en la anticipación, en la construcción de sistemas robustos que minimicen los impactos negativos y, aún más, que transformen los riesgos en oportunidades.
El IDM nos muestra ejemplos contundentes: las devastadoras consecuencias de las crisis bancarias, el impacto desproporcionado de las sequías en África, la vulnerabilidad de los pobres ante los desastres naturales. Estas realidades subrayan la urgencia de invertir en la gestión del riesgo, especialmente en los países en desarrollo, donde las consecuencias de la inacción son más severas. No se trata solo de proteger vidas y bienes, sino de empoderar a las comunidades, de brindarles la seguridad necesaria para invertir, innovar y prosperar.
Imaginemos a los agricultores de India y Ghana, quienes, gracias a los seguros contra la lluvia, pueden sembrar con mayor confianza, invertir en fertilizantes y semillas mejoradas, y aumentar su producción. Este es un ejemplo claro de cómo la gestión del riesgo se traduce en desarrollo tangible, en oportunidades concretas para salir de la pobreza. Bangladesh, con su programa nacional de refugios y su eficaz sistema de alerta temprana para ciclones, nos ofrece otra lección invaluable: la inversión en prevención salva vidas, reduce el sufrimiento y disminuye los costos a largo plazo. La drástica reducción en el número de víctimas fatales por ciclones demuestra que la gestión proactiva del riesgo no es un gasto, sino una inversión inteligente.
Sin embargo, el camino hacia una gestión eficaz del riesgo no está exento de obstáculos. La falta de información, la escasez de recursos, las fallas en el conocimiento y la conducta, la ausencia de mercados y bienes públicos, y las externalidades socioeconómicas, son barreras que debemos derribar. A veces, las soluciones más sencillas, como el lavado de manos o el uso de mascarillas, pueden ser las más efectivas, pero su implementación requiere un esfuerzo conjunto, una concientización profunda y una acción coordinada entre el sector público y el privado.
No basta con identificar los riesgos, debemos comprender las barreras que impiden su gestión eficaz. Es necesario priorizar y abordar estos obstáculos con estrategias integrales que involucren a todos los actores: gobiernos, comunidades, organizaciones internacionales y sector privado. La gestión del riesgo no es una tarea aislada, sino una responsabilidad compartida, un compromiso colectivo para construir un futuro más seguro, resiliente y próspero para todos. El IDM 2023 nos invita a reflexionar sobre la importancia de la gestión del riesgo como un pilar fundamental del desarrollo, un instrumento clave para alcanzar un mundo más justo y equitativo. El desafío está planteado, la oportunidad está a nuestro alcance.
Fuente: El Heraldo de México