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14 de abril de 2025 a las 16:10

Asesino serial de Iztacalco: Revelan causa de muerte

La inesperada muerte de Miguel “N”, alias "el químico feminicida" o "el feminicida de Iztacalco", ha generado una ola de conmoción e indignación. Recluido en el Reclusorio Preventivo Varonil Oriente a la espera de su juicio por el feminicidio de dos mujeres –aunque vinculado a siete casos en total–, su fallecimiento el domingo 13 de abril plantea interrogantes y deja un profundo vacío en la búsqueda de justicia para las víctimas y sus familias. La versión oficial, una caída en su celda que provocó una lesión fatal, se antoja insuficiente para muchos, especialmente para quienes han seguido de cerca este escabroso caso.

Según el reporte de la Secretaría de Seguridad Pública de la CDMX, la caída le ocasionó a Miguel “N” una contusión que requirió su traslado al servicio médico del Reclusorio Oriente. La gravedad de la lesión, sin embargo, obligó a un segundo traslado, esta vez al Hospital General de Iztapalapa. Allí, pese a los esfuerzos médicos, se confirmó su deceso. Un posible paro cardiorrespiratorio, consecuencia del traumatismo, fue la causa de muerte señalada en la ficha informativa.

Sin embargo, la versión oficial no convence a todos. Minerva Rivera, madre de Frida Sofía, una de las presuntas víctimas de Miguel “N”, expresó su indignación y sentimiento de revictimización al conocer la noticia. Para ella, la muerte del presunto asesino de su hija sin un juicio previo representa una negación de justicia. Según la información que le proporcionaron las autoridades, un traumatismo craneoencefálico, producto de una caída de la cama, desencadenó el paro cardiorrespiratorio que acabó con la vida de Miguel “N”. Esta explicación, simple y concisa, contrasta con la complejidad y la brutalidad de los crímenes que se le imputaban.

El caso de Miguel “N” se remonta al 16 de abril de 2024, fecha de su detención en su departamento de la colonia La Cruz, en Iztacalco. El hallazgo de indicios macabros, incluyendo cinco cráneos limpios, un serrucho e identificaciones de mujeres, apuntaba a una serie de feminicidios cometidos entre 2012 y 2024. La muerte de María José Castillo, una adolescente de 17 años, fue la pieza clave que condujo a la captura de Miguel “N” y al posterior allanamiento de su vivienda, destapando así la magnitud del horror.

La muerte de Miguel “N” deja tras de sí un cúmulo de preguntas sin respuesta. ¿Fue realmente una caída accidental la causa de su muerte? ¿O existen otros factores que contribuyeron al fatal desenlace? ¿Se investigará a fondo lo sucedido, a pesar de la muerte del principal sospechoso? La incertidumbre se suma al dolor de las familias de las víctimas, quienes se ven privadas de la posibilidad de un juicio, de una sentencia, y, en última instancia, de una forma de cierre.

Este caso pone de manifiesto, una vez más, la necesidad de fortalecer los mecanismos de justicia y de garantizar la protección de las mujeres. La sombra de la impunidad se cierne sobre la tragedia, dejando una herida abierta en la sociedad. La lucha por la justicia para Frida Sofía, María José y las demás víctimas debe continuar, exigiendo respuestas y construyendo un futuro donde la violencia de género no tenga cabida.

Fuente: El Heraldo de México