Una noche que prometía ser como cualquier otra en Colima y el sur de Jalisco, se transformó en un espectáculo celeste que dejó a miles con la mirada hacia el cielo y el celular en mano. Alrededor de las 20:00 horas, un objeto luminoso, descrito por muchos como un cometa, surcó el firmamento, dividiéndose en fragmentos brillantes que evocaron la imagen de un meteorito entrando en la atmósfera terrestre. La escena, capturada en una multitud de videos que rápidamente inundaron las redes sociales, desató una ola de fascinación y especulación.

Manzanillo, bañado por las aguas del Pacífico, se convirtió en el palco privilegiado de este evento cósmico. Desde allí, la vista del fenómeno fue, según reportes, la más nítida y espectacular. Pero el espectáculo no se limitó a la costa. En la zona conurbada de Colima, la luminosidad del objeto atrajo la atención de multitudes que, interrumpiendo sus rutinas nocturnas, se vieron obligados a alzar la vista y capturar el momento con sus teléfonos móviles. Transmisiones en vivo, fotos y videos inundaron el ciberespacio, convirtiendo el evento en un fenómeno viral.

La estela luminosa del objeto no conoció fronteras estatales. En diversas ciudades de Jalisco, especialmente en los municipios del sur como Ciudad Guzmán, Tamazula y Tonila, el fenómeno también fue visible, aunque con una perspectiva diferente. La cercanía aparente del objeto en estas localidades intensificó la sensación de asombro y misterio.

La falta de una explicación oficial inmediata alimentó un torbellino de conjeturas en el mundo digital. Las redes sociales se convirtieron en un hervidero de teorías que iban desde la reentrada de basura espacial a la atmósfera, hasta la posibilidad de un satélite desintegrándose, un meteorito o un cometa. Cada video, cada imagen, era analizada y reinterpretada, generando un debate apasionado entre los cibernautas. La incertidumbre, en lugar de disminuir el interés, lo avivaba, convirtiendo la noche en una verdadera fiesta de la astronomía popular.

Este evento trajo a la memoria un fenómeno similar ocurrido hace dos años en Colima, cuando una bola de luz iluminó el cielo nocturno. Desde entonces, ningún otro evento de esta magnitud había sido registrado en la entidad, lo que acentúa aún más la singularidad de la noche de ayer. Mientras esperamos una declaración oficial que arroje luz sobre la naturaleza de este fascinante fenómeno, la noche del cometa, como ya la han bautizado algunos, quedará grabada en la memoria colectiva como un recordatorio de la inmensidad y los misterios del universo que nos rodea, y de nuestra capacidad de asombro ante lo desconocido. ¿Qué era realmente ese objeto luminoso? La pregunta, por ahora, sigue flotando en el aire, tan enigmática como el propio fenómeno. Sin embargo, una cosa es segura: la noche de ayer, Colima y Jalisco fueron testigos de un evento excepcional que, independientemente de su origen, despertó la curiosidad y la imaginación de miles de personas.