
14 de abril de 2025 a las 02:40
Justicia para la joven de 17 años
La sombra de la violencia machista se cierne una vez más sobre el Estado de México, dejando tras de sí un reguero de dolor y una sentencia que, si bien busca justicia, jamás podrá reparar la vida arrebatada. Alejandro Cervantes, un joven de apenas 19 años, ha sido condenado a más de seis décadas de prisión por el feminicidio de su pareja, una adolescente de tan solo 17 años. El peso de la ley cae sobre él, marcando un precedente en la lucha contra la violencia de género, pero también dejando al descubierto la profunda herida que este tipo de crímenes inflige en la sociedad.
Las paredes de la vivienda ubicada en la colonia San Francisco Cuautliquixca, en Tecámac, guardan el silencio de una tragedia. Allí, el 17 de junio de 2024, se desarrolló una escena de horror. Una discusión, como tantas otras que lamentablemente se repiten en los hogares, escaló hasta convertirse en un acto de violencia extrema. Alejandro Cervantes, según las investigaciones de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México, agredió físicamente a su joven pareja y posteriormente la asfixió, acabando con su vida de manera inmediata. La promesa de un futuro compartido se desvaneció en un instante, dejando un vacío imposible de llenar.
La rápida actuación de la Guardia Civil de Tecámac permitió la detención del agresor, quien fue puesto a disposición del Ministerio Público. Comenzaba así un largo y complejo proceso judicial, en el que la Fiscalía se abocó a la tarea de recopilar pruebas contundentes que demostraran la culpabilidad de Cervantes. Un año de investigaciones, peritajes y análisis culminó con la sentencia condenatoria: más de 63 años de prisión, una multa económica y la revocación de sus derechos políticos. Una condena ejemplar que busca, no solo castigar al culpable, sino también enviar un mensaje claro a la sociedad: la violencia contra las mujeres no quedará impune.
Sin embargo, la justicia, aunque necesaria, no devuelve la vida. La familia de la víctima se enfrenta ahora a la difícil tarea de reconstruir sus vidas, llevando consigo el dolor de la ausencia y la herida imborrable de la pérdida. Este caso nos recuerda la urgente necesidad de redoblar esfuerzos en la prevención y erradicación de la violencia de género. Es necesario fomentar la cultura del respeto, la igualdad y la denuncia, para que ninguna mujer más tenga que sufrir la violencia en silencio. La educación en valores, la atención psicológica y el apoyo a las víctimas son pilares fundamentales en esta lucha.
El caso de Alejandro Cervantes es un llamado a la reflexión. Es un recordatorio de que la violencia machista se esconde en los rincones más oscuros de nuestra sociedad y que todos tenemos la responsabilidad de combatirla. No podemos permitir que más vidas sean truncadas por la violencia. Es hora de unir fuerzas y construir un futuro donde las mujeres puedan vivir libres de miedo y en plena igualdad. La sentencia de Cervantes es un paso importante, pero la lucha continúa.
Fuente: El Heraldo de México