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13 de abril de 2025 a las 09:20

Gobierno vs. Bueyes: ¿Quién gana?

La reciente creación de la llamada "Federación Mexicana de Clavados y Clavados de Altura" ha desatado una ola de controversias que van mucho más allá de un simple cambio de nombre. Lo que aparenta ser una solución para permitir la participación de los atletas mexicanos en la Copa del Mundo de Guadalajara, con himno, uniforme y bandera, esconde una serie de irregularidades que ponen en tela de juicio la transparencia y la ética en la gestión deportiva del país.

Desde el punto de vista legal, esta nueva federación no cumple con los requisitos mínimos establecidos por la Ley General de Cultura Física y Deporte. Carece de la estructura necesaria para recibir recursos públicos, no ha sido protocolizada ante notario y su existencia no consta en el Registro Público del Comercio. Es, en esencia, una entidad fantasma vestida con los colores nacionales.

Pero la gravedad del asunto no se limita a la falta de formalidad legal. La intervención directa del director de la CONADE, Rommel Pacheco, y otros funcionarios en la creación de esta federación constituye una flagrante violación a las normas internacionales que rigen el deporte. Estos organismos, de carácter privado y auto regulados, prohíben explícitamente la injerencia gubernamental en sus asuntos. Sin embargo, estas irregularidades se llevaron a cabo ante la mirada cómplice de una representante de la Federación Internacional de Natación (World Aquatics) y con la aprobación de su máximo dirigente, Husain Al Musallam.

Esta actitud resulta aún más desconcertante si consideramos la postura que la World Aquatics mantuvo en el caso de Kiril Todorov, expresidente de la Federación Mexicana de Natación, destituido por prácticas poco éticas y alteración de estatutos para su reelección. La misma organización que luchó contra la injerencia y la falta de transparencia ahora avala la creación de una federación a modo, con un consejo directivo elegido a dedo. ¿Qué ha cambiado? ¿A qué se debe esta contradicción?

La respuesta, lamentablemente, parece apuntar hacia intereses económicos. La visita de Husain Al Musallam a México para cerrar acuerdos con la CONADE, el COM y diversos gobiernos estatales, revela la verdadera motivación detrás de esta maniobra. Se buscan negocios, se negocia con gobernadoras, se prioriza el dinero por encima de la ética y la transparencia. La creación de nuevas federaciones para cada disciplina acuática no es más que una estrategia para facilitar el flujo de recursos hacia la World Aquatics.

En este contexto, la "mentada" injerencia gubernamental se convierte en una herramienta utilizada a conveniencia. Se invoca cuando conviene y se ignora cuando los intereses económicos lo demandan. El deporte, que debería ser sinónimo de gloria, esfuerzo y valores, se transforma en un negocio donde los principios éticos quedan relegados a un segundo plano. La caja registradora suena y el tintineo de las monedas ahoga el clamor de los atletas que merecen una gestión deportiva justa y transparente. ¿Hasta cuándo seguiremos permitiendo que el dinero opaque los valores del deporte? ¿Cuándo se priorizará la integridad de las instituciones por encima de los intereses particulares? Estas son las preguntas que debemos hacernos como sociedad si queremos un futuro deportivo digno para las próximas generaciones.

Fuente: El Heraldo de México