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13 de abril de 2025 a las 07:30

Despide Leticia Ramírez a su madre

El lazo inquebrantable que une a una madre con su hija se ha roto físicamente este sábado 12 de abril, dejando un vacío irreparable en el corazón de Leticia Ramírez Amaya, ex titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP). Doña María Antonieta, pilar fundamental en la vida de la exfuncionaria, ha emprendido su último viaje, dejando tras de sí un legado de amor, enseñanzas y recuerdos imborrables.

La noticia, compartida por la propia Leticia Ramírez a través de su cuenta de X (anteriormente Twitter), conmocionó a quienes la conocen y trabajaron a su lado durante su gestión en la SEP. Un sencillo pero conmovedor "Adiós queridísima mamá", acompañado de una imagen que evoca la serenidad del descanso eterno, fue suficiente para transmitir el profundo dolor que embarga a la exsecretaria.

La figura materna, fundamental en la formación y desarrollo de cualquier individuo, cobra especial relevancia en la vida de quienes dedican su trayectoria al servicio público. Doña María Antonieta, sin duda, representó ese soporte incondicional para Leticia Ramírez, guiándola con su sabiduría y amor a lo largo de su vida, incluyendo su paso por una de las responsabilidades más importantes del país: la educación de las futuras generaciones.

Aunque desconocemos los detalles específicos del fallecimiento de Doña María Antonieta, lo que trasciende es el profundo amor y respeto que su hija le profesaba. Ese sentimiento, expresado en la concisión de su mensaje en redes sociales, resuena con la fuerza de un grito silencioso que atraviesa las barreras digitales y llega al corazón de quienes han experimentado la pérdida de un ser querido.

Más allá de su rol público, Leticia Ramírez Amaya es, ante todo, una hija que hoy llora la partida de su madre. En estos momentos de profundo dolor, el acompañamiento y la solidaridad son fundamentales. Enviamos nuestras más sinceras condolencias a la exsecretaria, a su familia y a todos aquellos que tuvieron la fortuna de conocer a Doña María Antonieta. Que su recuerdo perdure como un faro de luz, guiando sus pasos en los días venideros.

La partida de una madre siempre deja una huella imborrable. Es el cierre de un ciclo vital que marca un antes y un después en la vida de sus hijos. Sin embargo, el amor, las enseñanzas y los valores transmitidos a lo largo de los años permanecen como un legado invaluable, un tesoro que se atesora en lo más profundo del ser.

Deseamos que Leticia Ramírez Amaya y su familia encuentren consuelo y fortaleza en estos momentos difíciles. Que el recuerdo de Doña María Antonieta, su amor incondicional y su ejemplo de vida, les acompañe siempre. Que descanse en paz.

Fuente: El Heraldo de México