La incertidumbre y la angustia se ciernen sobre las familias de Santiago, Enrique y José Isaías, tres jóvenes queretanos cuya pista se perdió en las tierras sinaloenses. Desde el pasado 7 de abril, el silencio se ha convertido en la respuesta a cada llamada, a cada mensaje, a cada intento desesperado por saber de ellos. Provenientes de San Juan del Río, Querétaro, estos jóvenes, menores de 30 años, emprendieron un viaje de vacaciones a Mazatlán, un destino turístico que prometía descanso y alegría, pero que se ha transformado en la fuente de una pesadilla para sus seres queridos.

La tecnología, que en tantas ocasiones nos conecta y nos acerca, se ha convertido en un cruel recordatorio de su ausencia. La última ubicación compartida por los jóvenes, a través de la función de ubicación en tiempo real, los sitúa en Concordia, un municipio del estado de Sinaloa. Las 19:22 horas del 7 de abril marcan el último instante en que se tuvo contacto con ellos. Desde entonces, el tiempo se ha detenido para sus familias, quienes se aferran a la esperanza de volver a abrazarlos.

La Comisión Estatal de Búsqueda de Personas de Sinaloa ha emitido las fichas de identificación de los tres jóvenes, con la esperanza de que alguien, en algún lugar, pueda reconocerlos y brindar información que ayude a dar con su paradero. Cada detalle, cada seña particular, se convierte en una pieza clave en esta búsqueda contra reloj.

José Isaías, de 23 años, con su complexión robusta y su tez morena, vestía una playera negra con estampado llamativo y una bermuda del mismo color. Su mirada, descrita por sus familiares como de ojos grandes y negros, seguramente refleja la alegría y la ilusión que lo acompañaban en este viaje.

Santiago, el menor de los tres, con tan solo 18 años, vestía una sudadera y pants negros, con tenis blancos, y se adornaba con pulseras de chaquira y collares. Las pecas en su rostro y el lunar debajo de la ceja izquierda son marcas distintivas que podrían ayudar a identificarlo.

Carlos Enrique, de 28 años, con su 1.90 metros de estatura y complexión robusta, llevaba una playera azul marino, short verde militar y tenis blancos. Sus tatuajes, una "J" en la pierna derecha, una carita feliz en el tobillo derecho y una guerrera con espada en el brazo derecho, son marcas indelebles que podrían ser la clave para su localización.

La angustia de las familias aumenta con cada minuto que pasa. La incertidumbre se convierte en una pesada carga que llevan sobre sus hombros. Cada llamada sin respuesta, cada pista falsa, profundiza el dolor y la desesperación.

La sociedad sinaloense y queretana se une en la búsqueda de estos tres jóvenes. Se multiplican las cadenas de oración, las publicaciones en redes sociales y las llamadas a las autoridades. La esperanza se mantiene viva, alimentada por la solidaridad y el deseo de que Santiago, Enrique y José Isaías regresen sanos y salvos a sus hogares.

Las autoridades hacen un llamado a la ciudadanía a colaborar en la búsqueda. Cualquier información, por pequeña que parezca, puede ser crucial. Se insta a la población a comunicarse al número telefónico (669) 327 8424 y/o al (669) 105 7953 o a escribir al correo [email protected]. La información se puede proporcionar de forma anónima. La colaboración de todos es fundamental para traer de vuelta a estos tres jóvenes y devolver la tranquilidad a sus familias. El tiempo apremia y la esperanza se aferra a cada pista, a cada indicio que pueda conducir a su paradero.