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12 de abril de 2025 a las 23:50

Vendedora viral: ¿Humillación o lección?

La historia de la revendedora que intentó devolver un pastel una semana después de su compra ha generado un torbellino de comentarios y reacciones en redes sociales. Lo que parecía una simple reclamación por un producto en mal estado se convirtió en un debate sobre la responsabilidad del consumidor, las políticas de devolución de los establecimientos y, sobre todo, el sentido común.

La mujer, ahora apodada “Lady hambreada” por los usuarios de TikTok, argumentó que el pastel "se echó a perder antes" de la fecha límite para la devolución, justificando así su intento de recuperar su inversión. Sin embargo, la falta del ticket de compra y la evidente fecha de adquisición del producto, ocho días antes, complicaron su situación. La empleada del supermercado, siguiendo el protocolo establecido, le explicó que no era posible realizar la devolución en esas condiciones.

El video, grabado por la propia revendedora con la intención de exponer al supermercado, se volvió en su contra. Lejos de conseguir el apoyo del público, la mayoría de los comentarios criticaron su actitud y la tildaron de "autogol". Muchos usuarios se preguntaron por qué grabó la situación si era consciente de que la responsabilidad recaía sobre ella. La justificación de que “no sabía que se iba a echar a perder” fue recibida con escepticismo y sarcasmo.

El hecho de que la revendedora se dedicara a vender el pastel por rebanadas, información que ella misma reveló en el video, añadió otra capa de complejidad al asunto. Muchos usuarios argumentaron que, al dedicarse a la reventa, debía asumir el riesgo de que no todos los productos se vendan y, por lo tanto, no debería esperar poder devolverlos una semana después. "¿Sí se pudo (hacer la devolución)? Digo, porque tengo 12 roscas de Reyes que no vendí pa’ ir a devolverlas", bromeó un usuario, reflejando la opinión generalizada.

El caso de “Lady hambreada” pone sobre la mesa varias cuestiones importantes. Por un lado, la necesidad de que los consumidores conozcan y respeten las políticas de devolución de los establecimientos. Por otro, la importancia de conservar los comprobantes de compra, especialmente cuando se trata de productos perecederos. Finalmente, el incidente nos recuerda el poder de las redes sociales y cómo un intento de “quemar” a un establecimiento puede convertirse rápidamente en un “boomerang” que afecta la reputación del propio denunciante. ¿Habrá aprendido la lección “Lady hambreada”? El tiempo lo dirá. Mientras tanto, su historia sirve como ejemplo de lo que no se debe hacer al intentar devolver un producto.

Más allá de las burlas y los memes, este caso invita a la reflexión sobre la cultura del consumo y la responsabilidad individual. ¿Estamos acostumbrados a reclamar sin fundamento? ¿Nos escudamos en las redes sociales para justificar nuestros errores? El debate está abierto. Lo que sí es cierto es que, en la era digital, cualquier acción puede ser grabada y difundida, y las consecuencias pueden ser impredecibles. La historia de “Lady hambreada” es un recordatorio de que, en el mundo virtual, a veces el tiro puede salir por la culata.

Fuente: El Heraldo de México