La tensión entre Maribel Guardia e Imelda Garza Tuñón continúa en aumento, transformándose en un drama familiar que acapara la atención mediática. La disputa por la custodia de José Julián, el pequeño que se encuentra en el centro del huracán, ha dado un giro inesperado con las recientes acusaciones de amenazas por ambas partes. Un escenario desolador que deja entrever la profunda fractura que ha generado la pérdida de Julián Figueroa.

Inicialmente, la chispa que encendió la polémica fue la denuncia interpuesta por Maribel Guardia, quien alegó haber recibido mensajes intimidatorios. La actriz apuntó hacia el círculo cercano de su exnuera como posibles responsables, avivando las llamas de un conflicto que ya ardía con intensidad desde el fallecimiento de su hijo. Recordemos que, a principios de 2025, Guardia acusó a Imelda de negligencia en el cuidado de José Julián, incluyendo el consumo de sustancias nocivas. Estas acusaciones llevaron a las autoridades a otorgar la custodia temporal del niño a su abuela, mientras se realizaba la investigación pertinente. Imelda, por su lado, ha negado rotundamente estas afirmaciones, mostrando su disposición a someterse a pruebas que demuestren su inocencia.

El proceso legal, lejos de apaciguar la situación, parece haberla exacerbado. Las restricciones impuestas a Maribel Guardia para convivir con su nieto, lejos de proteger al menor, han añadido una capa adicional de complejidad al conflicto. Estas limitaciones, sumadas a las amenazas denunciadas por la actriz, han creado un clima de desconfianza y hostilidad entre ambas partes.

En un giro inesperado, durante una misa en memoria de Julián Figueroa, Imelda Garza rompió el silencio. No solo negó categóricamente ser la autora de las amenazas contra Maribel Guardia, sino que también hizo un llamado al respeto hacia la abuela de su hijo. Sus palabras resonaron con fuerza: "Pido mucho respeto, es la abuela de mi hijo al final del día y yo no estoy de acuerdo con que nadie amenace a nadie". Un gesto que, sin embargo, no ha logrado disipar la nube de incertidumbre que rodea el caso.

La trama se complica aún más con la revelación de Imelda sobre las amenazas que ella misma ha recibido. A diferencia de Maribel, Imelda afirma haber identificado a la persona responsable, utilizando sus redes sociales para denunciarla públicamente y advertirle sobre las posibles consecuencias de sus actos. Aunque no ha vinculado directamente estas amenazas al entorno de Maribel Guardia, la sombra de la duda persiste.

La joven viuda ha compartido capturas de pantalla de mensajes intimidantes, llenos de insultos y amenazas directas, incluso contra la integridad física de su hijo. Este testimonio, difundido a través de sus historias de Instagram, busca desmentir los rumores que la señalan como la instigadora de una campaña de hostigamiento, mostrando, por el contrario, su vulnerabilidad como víctima de acoso.

El futuro de José Julián se encuentra en un limbo legal y emocional. Mientras las autoridades investigan las acusaciones y contraacusaciones, el pequeño se convierte en el testigo silencioso de una batalla familiar que amenaza con dejar profundas cicatrices. La pregunta que todos se hacen es: ¿Podrán Maribel Guardia e Imelda Garza dejar de lado sus diferencias y priorizar el bienestar del niño, o la disputa por su custodia seguirá escalando hasta alcanzar consecuencias irreparables? El tiempo, sin duda, lo dirá.