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12 de abril de 2025 a las 15:10
El adiós a una leyenda de la risa.
La partida de Leopoldo Roberto García Peláz Benítez, el inigualable Polo Polo, deja un vacío inmenso en el mundo del humor. Más allá de la simple comedia, Polo Polo construyó un universo propio, un lenguaje particular donde la picardía y el doble sentido se entrelazaban con maestría para pintar viñetas hilarantes de la vida cotidiana. No se trataba solo de chistes, sino de auténticas narrativas, historias con personajes entrañables, situaciones absurdas y finales inesperados, siempre aderezados con ese toque subido de tono que se convirtió en su sello distintivo. Su humor, irreverente y a veces polémico, resonó con fuerza en diversas generaciones, trascendiendo las barreras del tiempo y el espacio.
Desde sus inicios en los bares y centros nocturnos de León, Guanajuato, en la década de los 70, Polo Polo demostró una habilidad innata para conectar con el público. Pulía su estilo con cada presentación, afinando su particular forma de narrar, de construir la tensión y liberarla en una explosión de carcajadas. En una época donde la censura limitaba la libertad de expresión, su humor desafió las convenciones, abriéndose paso a fuerza de ingenio y talento. Los 80, marcados por restricciones en la televisión abierta, no lograron silenciar su voz. Por el contrario, la adversidad forjó su carácter y lo impulsó a buscar nuevos espacios, conquistando escenarios y consolidando una base de seguidores fieles que lo acompañaron a lo largo de su carrera.
La llegada de los 90 marcó un punto de inflexión. Polo Polo se convirtió en un fenómeno de masas, llenando teatros, realizando giras exitosas en México y Estados Unidos, y consolidándose como uno de los comediantes más queridos y reconocidos del país. Su nombre se convirtió en sinónimo de risa, de un humor auténtico y sin tapujos. Lejos de conformarse con el éxito alcanzado, Polo Polo continuó explorando nuevos horizontes, incursionando en el cine e incluso adaptándose a las nuevas plataformas digitales en sus últimos años, demostrando una capacidad de reinvención admirable.
Aunque nunca se autodenominó como tal, Polo Polo fue un precursor del stand-up en México. Su estilo, basado en la interacción con el público, la improvisación y la construcción de narrativas humorísticas, anticipó las características de este género que hoy en día goza de gran popularidad. Más allá de las risas, Polo Polo nos dejó un legado invaluable: la demostración de que el humor puede ser un vehículo para la reflexión, para cuestionar las normas establecidas y para conectar con nuestra propia humanidad. Su partida deja un hueco difícil de llenar, pero su recuerdo, como el eco de sus chistes, seguirá resonando en la memoria colectiva por mucho tiempo. Su influencia en generaciones de comediantes es innegable, y su estilo único e irrepetible permanecerá como un referente en la historia del humor mexicano.
Fuente: El Heraldo de México