La noche del viernes 11 de abril quedará grabada en la memoria de los asistentes al Palenque de Texcoco, no por la música, sino por el silencio abrupto y la tensión palpable que se apoderó del recinto. Luis R Conriquez, el ídolo de multitudes, se enfrentó a la furia de sus propios fans tras anunciar su decisión de acatar las disposiciones de las autoridades y dejar de interpretar corridos y corridos bélicos. Lo que prometía ser una noche de fiesta y celebración, se convirtió en un escenario de descontento y frustración.

La noticia, que había sido compartida por el propio artista a través de sus historias de Instagram horas antes del concierto, generó una ola de reacciones encontradas. Mientras algunos expresaban su apoyo a la decisión de Luis R Conriquez, argumentando la importancia de respetar las leyes y promover la paz, la mayoría de sus seguidores manifestaron su desacuerdo, dejando claro que su principal interés residía en escuchar los temas que han catapultado al cantante a la fama.

"Entramos a una nueva etapa mi gente sin corridos y todo eso", escribió Luis R en sus redes sociales. "Se siente feo no poder cantar lo que la gente quiere escuchar pero nos sumamos a la causa de cero corridos y pa delante". El cantante, conocido por éxitos como "Si no quieres no", "Bandida" y "Un Scar", se mostraba optimista, confiando en la comprensión de su público. Incluso llegó a bromear, asegurando que sus fans lo seguirían incluso si cantaba bachata. Sin embargo, la realidad lo golpeó de frente en el escenario del Palenque.

El ambiente festivo se transformó en un clamor de desaprobación cuando Luis R, ya entrada la presentación, confirmó que no interpretaría ningún corrido. "Esta es la primera vez que estoy en un Palenque sin cantar corridos… así que nos acomodamos, nos enfiestamos o haber que hacemos", intentó mediar el artista. "Vamos a ponernos las pilas, ni modo oiga, ni modo, ¿cómo le vamos a hacer? Vamos a echarle ganas, vamos a ponernos románticos, es lo que hay".

El intento de apaciguar los ánimos con el tema "El último Viernes" de Espinoza Paz fue en vano. Las rechiflas y los abucheos se intensificaron, creando una atmósfera de tensión insoportable. Ante la negativa del público a aceptar su nuevo repertorio, Luis R Conriquez tomó una decisión drástica: abandonar el escenario. "Me voy pa’ la casa, mejor. Ahorita me voy… ¡Muchas gracias!", fueron sus últimas palabras antes de desaparecer entre bastidores, dejando tras de sí un mar de desconcierto y frustración.

Este incidente deja al descubierto la compleja relación entre la música, la cultura y las leyes. ¿Debe un artista sacrificar su estilo para complacer a las autoridades? ¿Tiene el público el derecho de exigir que se interprete un determinado tipo de música, incluso si ésta promueve la violencia? ¿Qué papel juegan las redes sociales en la amplificación de estas controversias? Estas son solo algunas de las preguntas que surgen tras la polémica noche en el Palenque de Texcoco. Lo cierto es que el futuro de Luis R Conriquez y el rumbo de su carrera musical se presentan inciertos tras este episodio. ¿Logrará reconectar con su público? ¿Se adaptará a las nuevas normas o buscará otros escenarios donde su música sea aceptada sin restricciones? El tiempo lo dirá. Mientras tanto, la noche del 11 de abril en Texcoco se recordará como la noche en que el silencio se impuso a la música, y la controversia, a la fiesta.