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12 de abril de 2025 a las 18:20
Adiós a los corridos: Luis R Conriquez y el Palenque en llamas.
La noche del viernes 11 de abril quedará grabada en la memoria de los asistentes al Palenque de la Feria del Caballo en Texcoco. Lo que prometía ser una noche llena de la música tumbada de Luis R Conriquez, se convirtió en una escena de caos e indignación. El anuncio previo del cantante, a través de sus redes sociales, de que dejaría de interpretar corridos, caldeó el ambiente desde horas antes del concierto. La promesa de un nuevo rumbo musical, alejado de las letras que han caracterizado su carrera, no fue bien recibida por una parte de sus seguidores.
La decisión, según explicó el propio Conriquez, respondía a las peticiones de las autoridades de evitar la apología del delito en las canciones. Un gesto que, si bien buscaba adaptarse al contexto actual, desató la furia de quienes esperaban corear sus éxitos más conocidos. La tensión se palpaba en el aire desde el inicio del concierto. La ausencia de los esperados corridos fue la chispa que encendió la mecha del descontento. Los abucheos iniciales se transformaron rápidamente en una lluvia de objetos lanzados al escenario: botellas, vasos, e incluso algunos asistentes saltaron al ruedo, causando destrozos en los instrumentos de la banda.
Las imágenes, rápidamente viralizadas en redes sociales, muestran la magnitud del descontento. Un palenque en caos, un público enfurecido y un artista en medio de la tormenta. La reacción de Luis R Conriquez no se hizo esperar. A través de sus historias de Instagram, compartió un video de los destrozos, acompañado de un lacónico pero contundente mensaje: "Así las cosas por no cantar corridos, plebada".
Este incidente abre un debate sobre la relación entre la música, la censura y las expectativas del público. ¿Debe un artista ceder a las presiones externas, incluso si esto significa traicionar su estilo y decepcionar a sus seguidores? ¿Es la censura la solución para combatir la apología del delito en la música? La respuesta no es sencilla y genera controversia en la industria musical y entre los aficionados.
Lo ocurrido en Texcoco trasciende el simple hecho de un concierto fallido. Se convierte en un reflejo de las tensiones sociales y culturales que rodean al género de los corridos. Un género musical con profundas raíces en la cultura mexicana, que a menudo se ve envuelto en la polémica por la temática de sus letras. El caso de Luis R Conriquez plantea la necesidad de un diálogo constructivo entre artistas, autoridades y público, en busca de un equilibrio entre la libertad de expresión y la responsabilidad social. Un diálogo que permita disfrutar de la música sin promover la violencia ni coartar la creatividad artística. El futuro del género, y de artistas como Luis R Conriquez, dependerá de la capacidad de encontrar ese punto de encuentro.
Fuente: El Heraldo de México