
12 de abril de 2025 a las 06:05
Acapulco: Mar de fondo en Semana Santa
El rugir del océano se ha convertido en la banda sonora de Acapulco estos días. Un mar de fondo, imponente y a la vez traicionero, ha transformado el paisaje playero habitual. Olas que alcanzan los dos e incluso tres metros y medio de altura, como gigantes acuáticos, se abalanzan sobre la arena, recordándonos la fuerza indomable de la naturaleza. Este espectáculo, aunque fascinante, ha traído consigo la necesidad de extremar las precauciones. Ya no se trata solo del chapoteo juguetón de las olas, sino de una fuerza capaz de arrastrar a los bañistas más desprevenidos.
Dos rescates en apenas dos días, entre el jueves y el viernes, son la prueba fehaciente del peligro. Imaginen la escena: dos jóvenes, de 24 y 25 años, disfrutando de lo que prometían ser unas vacaciones inolvidables en la Ciudad de México, son sorprendidos por la fuerza de la corriente en la playa El Morro. La imprudencia, a veces disfrazada de osadía juvenil, los llevó a ignorar las recomendaciones de los guardavidas, quienes, con una valentía admirable, se lanzaron al agua para rescatarlos de las fauces del mar. Sai Valente Díaz, Hilario Romero, Omar Romero y Pedro Valle, nombres que merecen ser recordados, son los héroes anónimos que, con su rápida intervención, evitaron una tragedia. Su acto nos recuerda la importancia de la labor de estos profesionales, siempre vigilantes, guardianes silenciosos de nuestras vidas en el mar.
La Promotora de Playas, consciente del riesgo, ha desplegado un operativo especial con 45 salvavidas. Una medida necesaria ante la magnitud del fenómeno, previsto hasta el domingo 13 de abril según el reporte de la Secretaría de Marina. La Secretaría de Gestión de Riesgos y Protección Civil del Estado, en un comunicado, insta a la población a extremar precauciones, a atender las indicaciones de las autoridades y, sobre todo, a evitar el ingreso al mar después de haber consumido alcohol o alimentos, una combinación que puede disminuir la capacidad de reacción ante una situación de emergencia. La vigilancia constante de los menores de edad es otro punto crucial, pues su natural curiosidad y menor percepción del peligro los convierte en un grupo especialmente vulnerable.
Desde el 1 de abril, el mar de fondo ha ido dejando su huella. En Revolcadero, zona Diamante, 18 enramadas fueron retiradas para evitar daños mayores. Hoy, la calle Juan de la Cosa del fraccionamiento Magallanes ha sentido la caricia salada del oleaje, obligando a los prestadores de servicios a resguardar el mobiliario de playa. En Pie de la Cuesta, el mar ha alcanzado algunas enramadas de restaurantes, un recordatorio visual de su poderío. Afortunadamente, no se han registrado incidentes con los turistas, aunque la afluencia ha disminuido notablemente, empañando el brillo de lo que debería ser un fin de semana de disfrute pleno.
La belleza de Acapulco, con sus playas doradas y su ambiente festivo, sigue intacta. Sin embargo, estos días nos invitan a la reflexión, a respetar la fuerza de la naturaleza y a ser responsables con nuestra propia seguridad y la de quienes nos acompañan. El mar, fuente de vida y placer, también puede ser un adversario formidable. Escuchemos sus advertencias, atendamos las recomendaciones de las autoridades y disfrutemos de la belleza del océano con la prudencia y el respeto que merece.
Fuente: El Heraldo de México