
12 de abril de 2025 a las 09:10
¿A dónde fue el dinero?
La prestidigitación financiera de la Cuarta Transformación ha dejado a muchos boquiabiertos. Con la misma sutileza con la que un ilusionista hace desaparecer una paloma, diez mil millones de pesos se han esfumado de los fideicomisos de la Suprema Corte de Justicia. ¿Un acto de magia? Más bien, un acto de opacidad envuelto en la jerga burocrática. Mientras el mundo se distraía con los ecos del escenario político internacional, en México se consumaba otro acto de lo que algunos llaman "transformación" y otros, simplemente, despojo.
No se trata de un simple tecnicismo administrativo. Estamos hablando del patrimonio destinado a prestaciones médicas, pensiones complementarias y desarrollo de infraestructura, recursos que ahora yacen en el limbo de la "concentración en concepto de aprovechamiento", una expresión que suena más a eufemismo que a explicación. El oficio enviado por la Suprema Corte de Justicia a Nacional Financiera pinta un cuadro de incertidumbre e impotencia. La imposibilidad de acceder al sistema fiduciario y la consiguiente incapacidad de supervisar los fondos despiertan serias dudas sobre el destino de estos recursos.
La respuesta de la delegada fiduciaria, escudándose en el Décimo Transitorio del Decreto publicado en 2024, no hace más que enturbiar las aguas. La justificación de la "concentración" y la presentación del comprobante de pago electrónico como prueba de la pulcritud administrativa, no convencen y dejan un sabor amargo. Es como si nos dijeran que el dinero no ha desaparecido, simplemente se ha trasladado a un lugar secreto, al que solo unos pocos tienen acceso.
Este acto de presunta magia financiera se produce en medio del bombardeo publicitario de la Reforma Judicial, una reforma que avanza a tropezones, entre pifias del Tribunal Electoral y una propaganda que busca opacar la realidad. La coincidencia temporal no deja de ser sospechosa. Mientras se despliega una cortina de humo mediática, en las bambalinas se orquesta una maniobra que despoja a la Suprema Corte de Justicia de recursos vitales.
La analogía con las tropas de Cayo Poncio y las horcas caudinas es acertada. Al igual que los romanos en su derrota, la Suprema Corte se ve acorralada, forzada a aceptar una situación desfavorable bajo la presión de una fuerza mayor. La pregunta es, ¿quién se beneficia de esta "concentración de aprovechamiento"? ¿A dónde van a parar estos diez mil millones de pesos? La ciudadanía exige transparencia y respuestas claras. No nos conformemos con trucos de magia y eufemismos burocráticos. El dinero público merece respeto y una gestión honesta. No podemos permitir que la "transformación" se convierta en sinónimo de desaparición.
Fuente: El Heraldo de México