La búsqueda de personas desaparecidas en México se enfrenta a un laberinto burocrático y a la ineficacia de las instituciones encargadas de la procuración de justicia. La Secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, ha reconocido la urgente necesidad de una transformación profunda, no solo en el Poder Judicial, sino también en las fiscalías locales, cuyas actuaciones en estos casos han sido objeto de constantes críticas por parte de los colectivos de búsqueda.

Durante el tercer día de encuentros con estos colectivos, Rodríguez escuchó atentamente los testimonios de quienes viven día a día la angustia de la desaparición de un ser querido. Las quejas se acumulan: investigaciones estancadas, falta de seguimiento a las carpetas, y una sensación generalizada de impunidad que alimenta la desesperación de las familias. La Secretaria se comprometió a contabilizar cada una de estas quejas, a analizar a fondo el desempeño de las fiscalías y a impulsar los cambios necesarios para que la justicia deje de ser una promesa incumplida.

"Hay que ver no solamente la propuesta del cambio en el Poder Judicial, también en la procuración de justicia tiene que haber cambios, tiene que haber modificaciones", sentenció Rodríguez, palabras que resonaron con fuerza entre los presentes y que abren una ventana de esperanza en un panorama desolador. No se trata de simples retoques cosméticos, sino de una reforma integral que permita a las instituciones responder de manera efectiva a la magnitud de la crisis de desapariciones que azota al país.

La Secretaria reconoció que el camino no será fácil. Se requieren reformas a la ley, un análisis minucioso de los términos jurídicos y, sobre todo, la voluntad política para enfrentar las resistencias que inevitablemente surgirán. La tarea no se limita a una revisión superficial, sino que implica una profunda transformación de las estructuras y los procedimientos que rigen la procuración de justicia.

Rodríguez hizo un llamado a la unidad y a la coordinación entre los diferentes actores involucrados en la búsqueda de personas desaparecidas. La colaboración entre los colectivos, las autoridades y la sociedad civil es fundamental para romper el ciclo de impunidad y para construir un sistema de justicia que garantice el derecho a la verdad y a la reparación.

La promesa de un trato digno y respetuoso por parte de los servidores públicos es un paso importante, pero no suficiente. Se necesita un compromiso real con la justicia, una acción decidida para combatir la corrupción y la ineficacia que han permitido que la tragedia de las desapariciones alcance dimensiones alarmantes. La sociedad mexicana exige resultados, no solo palabras. Exige que la búsqueda de sus seres queridos deje de ser una lucha solitaria y se convierta en una prioridad para el Estado. El tiempo apremia y la esperanza se agota. Es hora de actuar.