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11 de abril de 2025 a las 03:00

Primavera bélica: Rusia intensifica ofensiva en Ucrania.

La primavera se acerca, y con ella, la amenaza de una escalada en el conflicto ruso-ucraniano. No se trata de una predicción alarmista, sino del análisis certero de la profesora Beata Wojna, experta en Relaciones Internacionales del Instituto Tecnológico de Monterrey. Su perspectiva, compartida en exclusiva con El Heraldo de México, dibuja un escenario preocupante: Rusia, fortalecida por la movilización de miles de nuevos soldados, parece estar preparando una ofensiva terrestre de gran envergadura, aprovechando las condiciones climáticas más favorables.

Esta nueva fase de la guerra, según la profesora Wojna, se enmarca en una estrategia rusa de maximizar el control territorial antes de cualquier posible acuerdo de paz. Mientras Ucrania resiste la constante presión de ataques con drones y combates en diversos frentes, Rusia busca consolidar sus ganancias en el terreno, utilizando la amenaza de una escalada como moneda de cambio en las negociaciones. La presión de Estados Unidos ha impulsado el diálogo, pero Moscú se muestra reticente a un alto el fuego completo, aceptando solo treguas parciales, como la suspensión de ataques a infraestructuras energéticas. Esta estrategia, según la experta, permite a Rusia continuar su avance mientras simula una voluntad negociadora.

La negativa rusa a un cese total de hostilidades tiene una explicación estratégica, según la profesora Wojna. Detener la ofensiva permitiría a Ucrania consolidar el control de pequeños territorios rusos, como partes de Kursk y Bélgorod, donde las fuerzas ucranianas han realizado incursiones. Mantener ocupadas a las tropas rusas en estas zonas, explica la experta, es una táctica ucraniana para fortalecer su posición negociadora en un eventual acuerdo de paz.

La presencia de actores externos añade otra capa de complejidad al conflicto. La participación de soldados norcoreanos junto al ejército ruso, confirmada desde el otoño, y la detención de ciudadanos chinos en el frente, aunque posiblemente mercenarios, plantean interrogantes sobre la posible internacionalización del conflicto. La implicación directa de China, aunque negada por Pekín, sería un punto de inflexión con consecuencias impredecibles.

A pesar de las sanciones internacionales, Rusia mantiene una ventaja en recursos humanos y armamento, lo que le permite una estrategia de desgaste contra Ucrania. Su economía, volcada en el esfuerzo bélico, enfrenta un desgaste considerable, pero según la profesora Wojna, podría sostener la guerra durante varios años más. El paralelismo con la guerra de Afganistán y su impacto a largo plazo en la Unión Soviética es una advertencia sobre las consecuencias futuras para Rusia.

En el ámbito diplomático, las negociaciones se encuentran en un punto muerto. Las condiciones impuestas por Rusia, como la destitución del gobierno de Zelenski y el cese del apoyo militar occidental, son inaceptables para Ucrania y sus aliados. La profesora Wojna interpreta las pequeñas concesiones rusas y la insistencia en detalles técnicos como una táctica dilatoria, destinada a mantener el diálogo con Washington sin renunciar a sus objetivos finales.

Ucrania se enfrenta al desafío de resistir la presión militar rusa sin ceder en cuestiones de soberanía. A pesar de haber aceptado un alto al fuego inmediato, la negativa de Rusia a detener su ofensiva revela, según la profesora Wojna, su verdadero objetivo: no solo controlar, sino “destruir a Ucrania”. La primavera que se avecina no traerá consigo el deshielo, sino la amenaza de una nueva y peligrosa escalada en un conflicto que mantiene en vilo al mundo entero.

Fuente: El Heraldo de México