
11 de abril de 2025 a las 09:15
México vence la inflación
La sombra de la inflación, proyectada por la guerra en Ucrania y la pandemia, comienza a disiparse en el horizonte económico mexicano. Así lo afirmó Victoria Rodríguez Ceja, gobernadora del Banco de México, ante la Comisión de Hacienda del Senado. Un hito que, según sus palabras, marcará la historia del país como un ejemplo de resiliencia y compromiso con la estabilidad de precios. Pero este respiro no significa un camino libre de obstáculos. Nuevos desafíos se presentan, originados en gran medida por las decisiones tomadas en Estados Unidos, un gigante cuya influencia en la economía mexicana es innegable.
La flexibilidad de la economía mexicana, probada en incontables ocasiones, será puesta a prueba una vez más. Su capacidad de adaptación, como un junco que se dobla ante el viento pero no se rompe, ha sido clave para sortear tormentas económicas en el pasado. Y, según Rodríguez Ceja, esta capacidad permanece intacta. Las pruebas de estrés realizadas por Banxico, un termómetro que mide la salud del sistema financiero, arrojan resultados alentadores: la solvencia de la banca mexicana no se ve comprometida, incluso ante escenarios hipotéticamente adversos, en un horizonte de tres años.
Sin embargo, la calma no es absoluta. El aumento en los costos del comercio exterior, como una marea creciente, amenaza con reducir el intercambio de bienes y servicios a nivel internacional. Esta desaceleración global, una cadena de consecuencias que se extiende por todo el planeta, podría impactar los ingresos de las empresas mexicanas y, por ende, su capacidad para honrar sus compromisos crediticios. Un riesgo latente, similar a una brasa bajo las cenizas, que podría avivarse si los aranceles continúan incrementándose. No obstante, Rodríguez Ceja matiza la preocupación: la magnitud de la exposición actual de la banca sugiere que, de materializarse este riesgo, no alcanzaría un carácter sistémico, preservando así la estabilidad financiera del país.
El panorama interno también presenta sus propios matices. El consumo, motor fundamental de la economía, experimentó una moderación a mediados de 2024, mientras que la inversión, otro pilar esencial para el crecimiento, muestra signos de debilidad desde finales de 2023. Estas señales, como pequeñas grietas en la estructura económica, requieren una atención minuciosa para evitar que se propaguen y comprometan la solidez del edificio.
En resumen, México se encuentra en un punto de inflexión. Deja atrás un período turbulento marcado por la inflación, pero se adentra en un nuevo escenario con desafíos propios. La flexibilidad de su economía y la solidez de su sistema financiero son sus mejores bazas para navegar en estas aguas inciertas. La prudencia y la atención constante a los indicadores económicos serán cruciales para sortear los obstáculos que se presenten en el camino. El futuro económico del país, como un barco en alta mar, dependerá de la habilidad con la que se maneje el timón ante las cambiantes condiciones del mercado internacional y las decisiones de sus principales socios comerciales.
Fuente: El Heraldo de México