En un paso crucial para la protección del patrimonio biocultural de México, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) han unido fuerzas. Este convenio de colaboración, firmado recientemente, representa un compromiso sin precedentes para la conservación, protección y operación conjunta de las Áreas Naturales Protegidas (ANP) federales y las valiosas zonas arqueológicas que se encuentran dentro de ellas. No se trata simplemente de una firma en un documento, sino del inicio de una nueva era en la gestión de estos tesoros nacionales.

Imaginen la riqueza que reside en la confluencia de la naturaleza y la historia. Las ANP, pulmones verdes de nuestro país, albergan en su seno vestigios de culturas milenarias, testimonios silenciosos de un pasado vibrante. Este acuerdo busca precisamente potenciar esa sinergia, combinando la experiencia y los recursos de ambas instituciones para un objetivo común: salvaguardar este legado para las futuras generaciones.

Pedro Álvarez Icaza, titular de la Conanp, ha destacado la importancia de este trabajo colaborativo, enfatizando la creación de una "conservación humanista". Un concepto que va más allá de la simple preservación, integrando a las comunidades locales en el proceso, reconociéndolas como guardianas de su propio entorno. La propuesta de crear "territorios comunitarios de conservación" es un ejemplo palpable de esta visión, empoderando a quienes viven en armonía con la naturaleza para que sean protagonistas de su protección. No se trata solo de proteger piedras y árboles, sino de preservar un modo de vida, una conexión profunda entre el ser humano y su entorno.

Por su parte, Diego Prieto Hernández, director general del INAH, ha subrayado el derecho constitucional de todos los mexicanos al acceso a la cultura. Las zonas arqueológicas, ventanas a nuestro pasado, deben estar al alcance de todos, permitiéndonos comprender nuestras raíces y construir un futuro con identidad. Este convenio facilitará ese acceso, promoviendo un turismo sustentable que respete la fragilidad de estos espacios y beneficie a las comunidades locales.

El acuerdo va más allá de las declaraciones de buenas intenciones. Se establecerán mecanismos concretos para el cobro conjunto de derechos de acceso a los sitios bioculturales, optimizando los recursos y simplificando la experiencia del visitante. Se implementarán programas de sensibilización y participación comunitaria, fomentando la conciencia sobre la importancia de la conservación. Y se capacitará al personal de ambas dependencias, dotándolos de las herramientas necesarias para llevar a cabo esta labor crucial.

La creación de planes de trabajo específicos, con objetivos, metas y actividades claramente definidas, garantizará la eficacia de las acciones. Se identificarán las ANP y las Zonas de Monumentos Arqueológicos prioritarias, asignando responsables y estableciendo cronogramas de ejecución. Se trata de un enfoque planificado y estratégico, que busca maximizar el impacto de la colaboración entre la Conanp y el INAH.

En resumen, este convenio representa un paso firme hacia la consolidación de una política integral de protección del patrimonio biocultural. Un modelo que integra la conservación de la naturaleza con la preservación de la historia, reconociendo el valor intrínseco de ambas y la importancia de la participación comunitaria. Un futuro donde la riqueza natural y cultural de México se conserve y se comparta con el mundo, en un marco de respeto y sostenibilidad.