
12 de abril de 2025 a las 01:40
FIFA lamenta tragedia en Colo-Colo vs. Fortaleza
La tragedia que envolvió al Estadio Monumental de Santiago antes del partido entre Colo Colo y Fortaleza ha dejado una profunda herida en el mundo del fútbol. Más allá de la competencia, más allá de la pasión por los colores, dos vidas se apagaron prematuramente, víctimas de una violencia absurda que no tiene cabida en el deporte. Las palabras de Gianni Infantino, presidente de la FIFA, resonaron con fuerza, cargadas de dolor e indignación. Su mensaje de condolencias a las familias y seres queridos de las víctimas refleja el sentimiento de toda una comunidad global que repudia estos actos. No son simples incidentes, son tragedias que marcan a fuego la historia del fútbol y nos obligan a reflexionar sobre la responsabilidad que tenemos todos, desde los dirigentes hasta los aficionados, para erradicar la violencia de los estadios.
La imagen de la valla perimetral derribada, símbolo de la seguridad vulnerada, se ha convertido en un recordatorio doloroso de la fragilidad de la vida. La estampida, el caos, la desesperación de quienes buscaban ingresar al estadio… todo confluyó en un desenlace fatal que nos interpela como sociedad. ¿Qué falla en nuestros sistemas de seguridad? ¿Qué lleva a algunos individuos a actuar con tanta violencia? Las investigaciones en curso deberán arrojar luz sobre lo sucedido, determinar las responsabilidades y, sobre todo, sentar las bases para que una tragedia como esta no vuelva a repetirse.
La consternación expresada por Infantino no es un gesto protocolar, sino un llamado a la acción. La condena a la violencia debe traducirse en medidas concretas, en políticas de prevención, en sanciones ejemplares para quienes la promueven o la ejercen. El fútbol, como fenómeno social de alcance global, tiene el poder de inspirar, de unir, de transmitir valores positivos. No podemos permitir que la violencia empañe su esencia, que lo convierta en un escenario de enfrentamientos y tragedias. Es hora de que todos, dirigentes, clubes, jugadores, aficionados y medios de comunicación, trabajemos juntos para construir una cultura de paz y respeto en el fútbol.
La tragedia del Monumental nos recuerda que la vida es un bien preciado, que la pasión por el deporte no justifica la violencia y que la seguridad en los estadios debe ser una prioridad absoluta. Que el dolor que hoy sentimos se transforme en un motor de cambio, en un compromiso inquebrantable para erradicar la violencia del fútbol y para honrar la memoria de las víctimas con acciones concretas que garanticen un futuro más seguro y pacífico para todos. El fútbol debe ser una fiesta, una celebración de la vida, no un escenario de muerte y dolor.
Fuente: El Heraldo de México