
11 de abril de 2025 a las 06:55
EU amenaza a México: ¿Guerra por el agua?
La tensión entre Estados Unidos y México vuelve a encenderse, esta vez con el agua como protagonista. El expresidente Donald Trump, a través de sus redes sociales, ha lanzado una nueva advertencia a México, amenazando con la imposición de aranceles si el país no entrega a Texas el agua estipulada en el Tratado de Aguas de 1944. Esta declaración, que evoca la retórica confrontacional característica del exmandatario, ha reavivado el debate sobre la gestión compartida de los recursos hídricos entre ambas naciones.
Trump, haciendo eco de un sentimiento nacionalista, argumenta que México está incumpliendo un acuerdo internacional y privando a Texas, y por extensión a Estados Unidos, de un recurso vital. La cifra en disputa es considerable: 1.3 millones de acres-pie, equivalentes a más de mil 600 millones de metros cúbicos de agua. Esta cantidad, según Trump, pertenece legítimamente a Texas y su falta representa una afrenta a la soberanía estadounidense.
El Tratado de Aguas de 1944, piedra angular de la disputa, establece las bases para la distribución del agua de los ríos Bravo y Colorado entre Estados Unidos y México. Si bien el tratado ha funcionado durante décadas, periodos de sequía y crecientes demandas de agua han generado tensiones y reinterpretaciones de sus cláusulas. La postura de Trump, que simplifica la compleja realidad del acuerdo, resuena con aquellos que consideran que México se beneficia injustamente del tratado.
La amenaza de aranceles, una herramienta habitual en la política comercial de Trump, añade una dimensión económica al conflicto. Si bien no se han especificado los productos o sectores que se verían afectados, la posibilidad de nuevas barreras comerciales genera incertidumbre en la relación bilateral. México, por su parte, ha defendido en repetidas ocasiones su cumplimiento del tratado, argumentando que las sequías y la variabilidad climática afectan la disponibilidad de agua en la región.
La intervención de figuras políticas como el Senador Marco Rubio, mencionado por Trump en su publicación, añade un componente político al debate. El apoyo de Rubio a la postura de Trump refuerza el mensaje y lo proyecta a un público más amplio. Este tipo de declaraciones, en un contexto de polarización política, pueden influir en la opinión pública y dificultar la búsqueda de soluciones consensuadas.
La situación actual plantea interrogantes cruciales sobre el futuro de la gestión compartida del agua entre Estados Unidos y México. ¿Se trata de un simple incumplimiento del tratado, como afirma Trump, o de una consecuencia inevitable del cambio climático y la creciente demanda de agua? ¿Es la amenaza de aranceles la vía adecuada para resolver la disputa, o agravará aún más las tensiones entre ambos países? Encontrar respuestas a estas preguntas requiere un diálogo abierto y honesto entre las partes, basado en datos científicos y en el respeto mutuo. El agua, un recurso esencial para la vida, no debe convertirse en un nuevo campo de batalla en la compleja relación entre Estados Unidos y México.
Fuente: El Heraldo de México