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11 de abril de 2025 a las 15:10

El holandés que rompió un sueño

Han pasado casi once años desde aquel fatídico partido en Brasil, donde una jugada polémica, un penalti que muchos aún discuten, marcó la salida de México del Mundial 2014. Arjen Robben, el protagonista de la caída que sentenció el encuentro, se convirtió en una figura, digamos, poco querida en la memoria colectiva del aficionado mexicano. Pero, ¿qué ha sido del "villano" de aquella tarde en Fortaleza? Su historia, tras el silbatazo final de aquel partido, es un testimonio de perseverancia, cambio y la búsqueda de nuevos retos.

Muchos recuerdan a Robben por su velocidad endiablada, sus regates impredecibles y su potente disparo con la zurda, cualidades que lo convirtieron en una pesadilla para las defensas rivales durante su etapa en el Bayern de Múnich, club al que perteneció hasta el 2019. A los 35 años, una edad en la que muchos futbolistas empiezan a considerar el retiro, Robben decidió hacer una pausa, una especie de respiro antes de un último acto. Este acto final lo llevaría de vuelta a sus orígenes, al Groningen, el club que lo vio nacer como futbolista. Un regreso emotivo, un intento de cerrar el círculo en el lugar donde todo comenzó. Sin embargo, el destino, en forma de lesiones recurrentes, le tenía preparado otro desenlace.

El cuerpo, castigado por años de alta competición, le empezó a pasar factura. Las lesiones, cada vez más frecuentes, le impedían rendir al nivel que él mismo se exigía. En 2021, con 37 años, Arjen Robben anunciaba su retiro definitivo del fútbol profesional. En un comunicado cargado de emotividad, reconocía que su cuerpo ya no le permitía competir al máximo nivel, y que era el momento de decir adiós. Un adiós a los estadios abarrotados, al rugido de la afición, a la adrenalina del partido.

Pero la historia de Robben no termina ahí. Lejos de desaparecer de la escena pública, el exfutbolista neerlandés sorprendió a todos con un cambio radical en su vida. Cambió el césped por el asfalto, el balón por las zapatillas de correr. Encontró en el maratón un nuevo desafío, una nueva forma de empujar sus límites. Y lo hizo con la misma dedicación y disciplina que lo caracterizaron como futbolista.

En 2022, Robben participó en el Maratón de Rotterdam, completando la prueba en poco más de tres horas. Un tiempo respetable para cualquier corredor, pero para alguien que venía del mundo del fútbol, era una verdadera hazaña. Un año después, en 2023, volvió a participar en la misma prueba, y no solo la completó, sino que mejoró su marca anterior de manera significativa, bajando de las tres horas. Una muestra de su perseverancia y su capacidad de adaptación a nuevos retos.

Ahora, a pocos días de una nueva edición del Maratón de Rotterdam, la expectativa es grande. ¿Estará presente el exfutbolista? ¿Intentará mejorar su marca una vez más? La incertidumbre se mantiene. Lo cierto es que Arjen Robben, el "villano" de aquel #NoEraPenal, se ha reinventado a sí mismo. Ha demostrado que la vida, después del fútbol, puede ser igual de apasionante, igual de desafiante. Y que la pasión por el deporte, en cualquiera de sus formas, puede ser una constante a lo largo de la vida. Su historia es un ejemplo de superación, de reinvención y de la búsqueda constante de nuevos horizontes.

Fuente: El Heraldo de México