10 de abril de 2025 a las 20:50
Uruapan: Escuela cierra por amenazas
La zozobra se ha apoderado de la comunidad educativa de la Escuela Primaria “Lázaro Cárdenas del Río” en Uruapan, Michoacán. El silencio que debería llenarse con el bullicio infantil y el dinamismo de las clases, ha sido reemplazado por el miedo y la incertidumbre. Padres de familia y profesores, con el corazón encogido por la constante amenaza de la delincuencia, han tomado la drástica decisión de suspender las clases. Un manto de inseguridad cubre el plantel ubicado al poniente de la ciudad, obligando a cerrar sus puertas desde el pasado miércoles. La fecha tentativa para el regreso a las aulas es el 28 de abril, una fecha que pende de un hilo, sujeta a la tenue esperanza de que las condiciones de seguridad mejoren.
La gravedad de la situación quedó expuesta en una reunión entre padres y maestros en el patio de la escuela. Los docentes, con la voz quebrada por la impotencia, relataron el calvario que viven día a día: amenazas, robos, extorsiones e incluso el asesinato de un compañero. El testimonio de una profesora resonó con fuerza en el silencio del patio: "La escuela ha sido víctima de acoso de la delincuencia… robo de vehículos, agresiones físicas al personal con lesiones graves, extorsiones, amenazas y el asesinato de un maestro". La crudeza de sus palabras puso al descubierto la vulnerabilidad de la comunidad educativa, víctimas de una violencia que no respeta ni la infancia ni la noble labor de enseñar.
La imagen de niños, inocentes y llenos de sueños, utilizados como mensajeros de amenazas por parte de los delincuentes, es un golpe directo al alma. El miedo se ha infiltrado en los cimientos de la escuela, 750 niños y niñas, entre ambos turnos, ven interrumpida su educación, su derecho a un futuro mejor. La pregunta que angustia a padres y maestros es ¿qué futuro les espera si la violencia les arrebata hasta el espacio seguro de la escuela?
La desesperación llevó a padres y maestros a las puertas de la presidencia municipal. Con pancartas en mano y la voz cargada de indignación, exigieron seguridad para sus hijos, para los docentes y para toda la comunidad. Una madre de familia, con la voz entrecortada por la angustia, expresó el sentir colectivo: "Hemos estado sufriendo muchos ataques de violencia, inseguridad… exigimos mucha seguridad para nuestros hijos, para nuestros maestros… sabemos realmente que la situación que se está viviendo en la ciudad, da miedo y hay mucha inseguridad para todos, pero ya ir directamente a la escuela es algo muy grave". La preocupación no solo radica en el cierre de la escuela, sino en el futuro de la educación de sus hijos, un futuro que se ve amenazado por la violencia que impera en las calles.
Cerrar la escuela no soluciona el problema, simplemente lo desplaza. La inseguridad acecha fuera de los muros del plantel, convirtiendo la vida cotidiana en una lucha constante por la supervivencia. La esperanza se aferra a la posibilidad de ser escuchados por las autoridades, de que la Secretaría del Ayuntamiento de Uruapan atienda sus demandas y brinde la seguridad que tanto necesitan.
La sombra de la violencia ha opacado incluso las celebraciones más importantes del calendario escolar. Festivales como el Día del Niño, el Día de las Madres y el Día del Maestro, tradicionalmente llenos de alegría y color, han sido suspendidos. La prioridad es la seguridad de los menores, una decisión dolorosa pero necesaria ante la amenaza constante que se cierne sobre la comunidad educativa. La incertidumbre persiste, ¿cuándo podrán los niños volver a las aulas sin miedo? ¿cuándo la escuela volverá a ser un espacio seguro para el aprendizaje y el crecimiento? La respuesta, por ahora, se pierde en el silencio de un plantel vacío, un silencio que clama por justicia y seguridad.
Fuente: El Heraldo de México