
10 de abril de 2025 a las 07:10
Policía asesinado por fugitivo en Tijuana
La tragedia ha golpeado a Tijuana. La tarde del 9 de abril quedará marcada por la sombra de la violencia, tras el intenso tiroteo que culminó con la vida de la agente Abigail Esparza, jefa de enlace internacional de la Fuerza Estatal de Seguridad Ciudadana (FESC). El eco de las balas resonó en la tranquila privada del fraccionamiento Barcelona Residencial, transformando un operativo de rutina en una escena de terror. César Hernández, el hombre buscado por la justicia estadounidense y con una condena por homicidio en primer grado a sus espaldas, se convirtió en el protagonista de esta pesadilla.
La valentía de Abigail Esparza, quien se enfrentó al peligro en cumplimiento de su deber, se vio truncada por la brutalidad del ataque. Mientras las fuerzas de seguridad se movilizaban, Hernández, con una frialdad escalofriante, lograba atrincherarse en la vivienda, robándole a una familia, a una comunidad y a todo un cuerpo policial, una pieza invaluable. Minutos que se hicieron eternos, cargados de tensión e incertidumbre, mientras el sonido de las sirenas se mezclaba con el silencio expectante de los vecinos.
La fuga de Hernández, un hombre de 34 años con un historial delictivo que lo perseguía desde las calles de Los Ángeles hasta las de Tijuana, añade una capa de indignación y frustración a esta tragedia. Las imágenes de las cámaras de seguridad, que lo muestran caminando con un uniforme de limpieza amarillo, casi mimetizado con el entorno, reflejan la audacia de un criminal que se burla del sistema, que desafía a la autoridad y que deja tras de sí un reguero de dolor y preguntas sin respuesta.
La rápida respuesta de las autoridades, desplegando drones, helicópteros y un cerco de seguridad en colaboración con la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana Municipal y la Fuerza Estatal de Seguridad Ciudadana, no fue suficiente para capturar al fugitivo. La movilización, que buscaba contener la amenaza y garantizar la seguridad del área, se topó con la astucia de un hombre que conocía las calles, que se movía con la desesperación de quien sabe que no tiene nada que perder.
La consternación se extiende por toda la ciudad. Las palabras de la gobernadora Marina del Pilar Ávila, expresando su profundo pesar por el fallecimiento de la agente Esparza y reconociendo la valentía de los elementos que participaron en el operativo, reflejan el sentimiento de una comunidad herida, que exige justicia. La promesa de que la muerte de Abigail no quedará impune resuena con fuerza, con la esperanza de que la memoria de su sacrificio sirva como impulso para fortalecer la lucha contra la delincuencia y para honrar la dedicación de quienes arriesgan sus vidas para proteger a la sociedad. El luto se mezcla con la indignación, con la necesidad de respuestas y con la exigencia de que se haga justicia. La sombra de la violencia se cierne sobre Tijuana, pero la llama de la esperanza, alimentada por el recuerdo de Abigail Esparza, se niega a apagarse. La pregunta que queda en el aire es: ¿hasta cuándo la impunidad seguirá cobrando vidas y dejando cicatrices imborrables en nuestra sociedad?
Fuente: El Heraldo de México