
10 de abril de 2025 a las 12:20
Marzo: la inflación aprieta
La cuesta de enero se extendió, parece, hasta la primavera. El bolsillo del mexicano siente el peso de una inflación que, como un terco resorte, vuelve a subir. El 3.80% anual registrado en marzo, según el INEGI, nos recuerda que la batalla contra el alza de precios no está ganada. Y si bien los expertos nos hablan de una posible desaceleración en los próximos meses, la incertidumbre se instala como una sombra alargada sobre la mesa familiar.
El fantasma de la inflación se materializa, una vez más, en la canasta básica. Frutas y verduras, esos aliados indispensables de una dieta saludable, se convierten en un lujo para muchos. El tomate verde, con un incremento del 17.56%, y el limón, con un alarmante 20.75%, encabezan la lista de los villanos que acechan nuestros refrigeradores. La carne de res, el aguacate y hasta la leche, productos fundamentales en la alimentación de las familias mexicanas, también se suman a la escalada de precios.
Imagine la escena: la tradicional comida familiar del domingo, donde el aroma del guisado se mezclaba con la alegría de la convivencia, ahora se ve empañada por la preocupación. La conversación, antes llena de risas, gira en torno al precio del kilo de tortillas, al costo de la carne para el asado, a la imposibilidad de comprar las mismas frutas que antes llenaban la frutera.
Y qué decir de esos pequeños placeres cotidianos, esos oasis de sabor que nos regalamos en medio del ajetreo diario. Las loncherías, fondas, torterías y taquerías, refugios gastronómicos del trabajador y el estudiante, también han tenido que ajustar sus precios. Un aumento del 0.57% puede parecer insignificante, pero sumado a todos los demás incrementos, termina por dibujar un panorama preocupante. Hasta los restaurantes, lugares de celebración y momentos especiales, sienten la presión inflacionaria.
La explicación de los expertos, como Gabriela Siller Pagaza, de Grupo Financiero Base, apunta a diversos factores. La depreciación del peso y la volatilidad del tipo de cambio juegan un papel crucial en este escenario. Además, la sombra de los aranceles en Estados Unidos se proyecta sobre la economía mexicana, amenazando con un nuevo aumento en los precios de las mercancías.
Sin embargo, no todo son malas noticias. Arturo Vieyra, economista en jefe de Grupo Coppel, nos ofrece un rayo de esperanza. La posibilidad de que el Banco de México (Banxico) reduzca su tasa de interés en su próxima reunión del 15 de mayo, aliviaría, al menos en parte, la presión sobre el bolsillo de los mexicanos. Una reducción de 50 puntos base, como la que se anticipa, podría ser un respiro en medio de la tormenta.
La inflación, como un enemigo silencioso, se infiltra en cada rincón de la vida cotidiana. Desde la compra en el supermercado hasta la comida en el restaurante, pasando por el antojo en la taquería de la esquina, su presencia se hace sentir. La esperanza, sin embargo, se mantiene viva. La posibilidad de una desaceleración en los próximos meses, junto con las medidas que pueda tomar Banxico, nos permiten vislumbrar un futuro en el que la inflación deje de ser la protagonista de la economía mexicana. Mientras tanto, la resiliencia y la capacidad de adaptación del pueblo mexicano serán, una vez más, la clave para sortear este nuevo desafío.
Fuente: El Heraldo de México