
10 de abril de 2025 a las 12:20
Libera tu tiempo: ¡Adiós a las 404 horas!
La burocracia en México ha alcanzado un punto crítico, asfixiando el espíritu emprendedor y poniendo en jaque la competitividad de las empresas. Un alarmante 57.4% de los empresarios, según la última Encuesta Data Coparmex, se han visto enredados en la telaraña de trámites regulatorios, una cifra que no solo supera los registros de 2021, sino que pinta un panorama sombrío para el futuro del sector privado. Imaginen, casi seis de cada diez empresarios, luchando contra un sistema que, en lugar de facilitar el crecimiento, les impone obstáculos cada vez más altos.
Este incremento del 1.8% en el “gasto regulatorio” con respecto al mismo periodo del año anterior no es simplemente un dato estadístico, es una realidad que se traduce en horas de trabajo perdidas, recursos malgastados y oportunidades desaprovechadas. No hablamos solo de dinero, sino del tiempo que un emprendedor podría dedicar a innovar, a generar empleos, a contribuir al desarrollo económico del país. En cambio, se ve obligado a navegar por un laberinto burocrático, desgastante e improductivo.
La Coparmex ha puesto el dedo en la llaga, identificando los principales dolores de cabeza de los empresarios: una excesiva carga regulatoria, trámites opacos y confusos, costos desproporcionados, información errónea y contradictoria, problemas en las ventanillas de trámites y horarios restringidos. Una combinación explosiva que mina la eficiencia y la motivación de quienes se atreven a emprender.
Detrás de estos porcentajes, hay historias de frustración. Imaginen a una pequeña empresa familiar, con recursos limitados, obligada a dedicar 127 horas en promedio a lidiar con trámites. Horas que podrían destinarse a la producción, a la atención al cliente, a la expansión del negocio. Y si hablamos de grandes empresas, la situación es aún más dramática: hasta 404 horas invertidas en burocracia, un costo de oportunidad que impacta directamente en su competitividad.
Es crucial comprender que la excesiva regulación no solo afecta a las empresas, sino a toda la sociedad. Frena la creación de empleos, limita la innovación, desincentiva la inversión y, en última instancia, impide el crecimiento económico del país. Necesitamos un cambio de paradigma, una simplificación radical de los trámites, una apuesta decidida por la digitalización y la transparencia.
La pregunta que debemos hacernos es: ¿qué tipo de país queremos construir? ¿Uno donde la burocracia ahogue el potencial de sus emprendedores o uno donde el espíritu empresarial florezca y contribuya al bienestar de todos? El futuro de México depende de la respuesta que demos a esta pregunta. Es hora de actuar, de exigir un cambio, de construir un entorno propicio para el desarrollo económico y social. No podemos permitir que la burocracia siga siendo un freno al progreso.
Fuente: El Heraldo de México