
10 de abril de 2025 a las 05:50
Impacto arancelario: Menos empleos en metalurgia.
La sombra de la incertidumbre se cierne sobre la industria mexicana. Las recientes declaraciones de la presidenta de CANACINTRA, Esperanza Ortega, pintan un panorama complejo, donde el incremento de aranceles impuesto por Estados Unidos en el acero y aluminio amenaza con desencadenar una ola de despidos. Si bien aún no se cuenta con cifras precisas, la preocupación es palpable en diversos estados del país. La industria acerera y del aluminio, pilares fundamentales para sectores como el automotriz y el de la construcción, se encuentran en la línea de fuego. Imaginen las fundiciones, las fábricas de balatas, las empresas de blindaje, todas ellas dependientes de estas materias primas, ahora enfrentando un futuro incierto.
Ortega subraya un dato crucial: México importa más acero y aluminio del que exporta. Mientras que el producto mexicano se envía ya transformado, el estadounidense llega como materia prima. Cerrar las puertas a esta importación, como algunos sugieren, sería un golpe devastador para la industria nacional. La dependencia de estas materias primas nos coloca en una posición vulnerable, obligándonos a buscar soluciones estratégicas.
La situación se agrava con el incremento en los precios del acero. Desde enero, incluso antes de la imposición de aranceles, se ha registrado un alza de entre el 15% y el 20%. Este aumento, sumado a las nuevas medidas proteccionistas, crea una tormenta perfecta que amenaza con desestabilizar la economía del sector. Las empresas, especialmente las pequeñas y medianas, se ven obligadas a absorber estos costos, poniendo en riesgo su viabilidad.
Ante este panorama desalentador, Ortega propone dos estrategias clave: diversificación de mercados y atención a los mercados financieros. México cuenta con tratados comerciales con más de 35 países, lo que representa una oportunidad para explorar nuevos horizontes. Centroamérica, la Unión Europea, Asia, se abren como alternativas para reducir la dependencia del mercado estadounidense. Es momento de mirar más allá de nuestras fronteras y fortalecer las relaciones comerciales con otras regiones. Un ejemplo claro es la exportación de miel a la Unión Europea, que demuestra el potencial que tenemos en otros mercados.
Por otro lado, la incertidumbre global generada por las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China añade otra capa de complejidad. Los mercados financieros, sensibles a estos vaivenes políticos, pueden generar un impacto negativo en la economía mexicana. Es fundamental estar atentos a estas fluctuaciones y tomar las medidas necesarias para mitigar los riesgos.
La presidenta de CANACINTRA confía en las decisiones del gobierno y en la resiliencia del sector de la transformación. Sin embargo, la situación exige una respuesta coordinada entre el sector público y el privado. Es necesario implementar políticas que apoyen a las empresas afectadas, fomenten la diversificación de mercados y fortalezcan la competitividad de la industria mexicana. El futuro de miles de empleos y la estabilidad económica del país dependen de ello. No podemos quedarnos de brazos cruzados, es momento de actuar con decisión y visión de futuro.
Fuente: El Heraldo de México