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11 de abril de 2025 a las 00:30
Diálogo abierto con familias de desaparecidos, confirma Segob.
En un país marcado por la profunda herida de las desapariciones, la reunión entre la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, y familiares de las víctimas se alza como un faro de esperanza, aunque tenue, en medio de la tormenta. Más allá de las declaraciones oficiales, se respira en el ambiente la urgencia de acciones concretas, de resultados tangibles que alivien el dolor de quienes viven con la ausencia constante, con la incertidumbre lacerante.
El diálogo, calificado de "transparente, franco y de respeto mutuo", representa un primer paso, un gesto de reconocimiento a la lucha incansable de madres, padres, hermanos, hijos que se niegan a olvidar, que recorren incansablemente el país en busca de respuestas, que claman justicia en un desierto de indiferencia. Pero, ¿qué hay detrás de las palabras? ¿Se traducirá este encuentro en una verdadera transformación de las políticas públicas, en una búsqueda más efectiva de los desaparecidos, en un apoyo real a las familias destrozadas?
La secretaria Rodríguez ha reconocido el esfuerzo titánico de estos guerreros y guerreras que se enfrentan a la burocracia, a la impunidad, a la revictimización. Ha prometido fortalecer los mecanismos institucionales, mejorar la coordinación entre instancias y garantizar el acceso a la verdad y la justicia. Promesas que resuenan con la fuerza de la esperanza, pero que también cargan el peso de la desconfianza, alimentada por años de frustración y promesas incumplidas.
Las familias, con la dignidad que les otorga el dolor, han expresado la urgencia de resultados concretos. No buscan palabras vacías, sino acciones contundentes. No buscan compasión, sino justicia. No buscan limosnas, sino el derecho a saber qué pasó con sus seres queridos. Exigen una atención digna, un acompañamiento real en su búsqueda, un compromiso inquebrantable por parte del Estado para encontrar a sus desaparecidos, vivos o muertos.
El encuentro, sin duda, marca un hito en la lucha contra las desapariciones en México. Pero es solo el comienzo. El verdadero desafío radica en transformar las palabras en hechos, en traducir el discurso en acciones concretas. El seguimiento puntual a los planteamientos y casos expuestos, como lo ha asegurado la titular de la Secretaría de Gobernación, será la verdadera prueba de fuego. La sociedad, atenta y expectante, espera que este diálogo no se quede en un mero acto simbólico, sino que se convierta en el catalizador de un cambio profundo y duradero en la atención a esta crisis humanitaria.
La magnitud del problema exige una respuesta integral, que involucre a todos los niveles de gobierno, a la sociedad civil y a la comunidad internacional. Se necesita una estrategia nacional que priorice la prevención, la búsqueda efectiva, la investigación y la sanción de los responsables, así como la atención integral a las víctimas y sus familias.
El camino hacia la verdad y la justicia es largo y arduo, pero la esperanza, alimentada por la perseverancia de las familias y el compromiso de las autoridades, se mantiene viva. El tiempo dirá si este encuentro marca un verdadero punto de inflexión en la lucha contra las desapariciones en México.
Fuente: El Heraldo de México