
10 de abril de 2025 a las 23:45
¡Detenido! José Gregorio "N" la secuestró
La sombra del feminicidio se cierne una vez más sobre Puebla. Un acto de violencia brutal que, de no ser por la fortaleza de la víctima, habría terminado en tragedia. José Gregorio “N” ahora enfrenta la justicia, acusado de feminicidio en grado de tentativa, un delito que nos recuerda la vulnerabilidad que aún enfrentan las mujeres en nuestra sociedad.
La reconstrucción de los hechos, llevada a cabo por la Fiscalía General del Estado de Puebla en colaboración con las autoridades de la Ciudad de México, pinta un cuadro desgarrador. El pasado 23 de agosto, la víctima, una joven de tan solo 26 años, salía de su trabajo en la Recta a Cholula, ajena al peligro que la acechaba. José Gregorio “N”, su expareja, la interceptó y, valiéndose de engaños, la convenció de subir a su vehículo, un Ford Focus modelo 2012. La promesa de llevarla a su casa en Huejotzingo se transformó en una pesadilla.
Una vez en camino, la verdadera intención de José Gregorio “N” se reveló. Se negó a dejarla bajar, iniciando un torrente de violencia física y verbal. Golpes y amenazas de muerte se sucedieron, impulsados por una obsesión enfermiza por retomar la relación. La joven, en un acto de valentía desesperada, intentó escapar del vehículo en movimiento, pero la brutalidad de su agresor no tenía límites. El impacto del coche contra un árbol la proyectó violentamente al exterior, causándole graves lesiones que, milagrosamente, no le arrebataron la vida.
Este caso nos confronta con la cruda realidad de la violencia de género. No se trata solo de un incidente aislado, sino de un reflejo de una problemática profundamente arraigada. La Fiscalía, al actuar con celeridad y lograr la detención del agresor, envía un mensaje claro: no habrá impunidad. La colaboración interinstitucional entre Puebla y la Ciudad de México demuestra la importancia de unir fuerzas en la lucha contra este flagelo.
El artículo 325 del Código Penal Federal, que contempla penas de 40 a 60 años de prisión y multas significativas para quienes cometan feminicidio, es una herramienta legal crucial. Sin embargo, la ley por sí sola no es suficiente. Es necesario un cambio cultural profundo, una transformación que erradique la violencia machista desde la raíz. La educación, la sensibilización y la creación de redes de apoyo son pilares fundamentales para construir una sociedad donde las mujeres puedan vivir libres de miedo.
La joven sobreviviente, cuyo nombre se reserva por razones de seguridad, se convierte en un símbolo de resistencia. Su valentía al enfrentar a su agresor y su fortaleza para sobrevivir a tan brutal ataque, inspiran a seguir luchando por un futuro donde la violencia de género sea solo un triste recuerdo del pasado. La justicia, ahora, tiene la palabra. Esperamos que este caso sirva como precedente y que la sentencia sea ejemplar, enviando un mensaje contundente a la sociedad: la violencia contra las mujeres no será tolerada. El camino hacia la igualdad y la justicia es largo, pero cada paso que damos, cada acto de denuncia, cada voz que se alza contra la violencia, nos acerca un poco más a la meta.
Fuente: El Heraldo de México