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10 de abril de 2025 a las 09:20
Boxeo: Redención tras las rejas
La resonancia de los guantes contra los sacos de arena, el jadeo acompasado de miles de respiraciones, el eco de las instrucciones de los entrenadores… Estos sonidos, usualmente asociados con gimnasios y rings de boxeo, se convirtieron en la banda sonora de una transformación sin precedentes en 150 centros penitenciarios de México. Más de 18,750 personas privadas de la libertad, hombres y mujeres, participaron en una clase masiva de boxeo que trascendió lo meramente deportivo para convertirse en un símbolo de esperanza, resiliencia y reconstrucción.
Esta iniciativa, impulsada por la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo, Presidenta de México, como parte de la Estrategia Nacional por la Paz, no se limita a promover la actividad física. Representa una apuesta por la reinserción social, un reconocimiento de la humanidad que persiste tras los muros y una oportunidad para sanar las heridas, tanto individuales como colectivas, que han conducido a muchos a la reclusión. El boxeo, con su intrínseca narrativa de lucha y superación, se erige como una metáfora del camino que estas personas transitan. Cada golpe, cada esquive, cada round, simboliza la batalla contra las adicciones, contra la desesperanza, contra el estigma que pesa sobre quienes han cometido errores.
La magnitud de la clase, abarcando 29 estados y ambos sistemas penitenciarios, federal y estatal, pone de manifiesto un compromiso a nivel nacional con la construcción de paz desde las raíces. No se trata de una acción aislada, sino de una pieza clave en un engranaje mayor que busca atender las causas estructurales de la violencia, brindando herramientas para la rehabilitación y el desarrollo personal. El deporte, en este caso el boxeo, se convierte en un catalizador del cambio, canalizando emociones, fortaleciendo la disciplina, mejorando la salud física y mental, y, sobre todo, restituyendo la dignidad.
La imagen de miles de personas, unidas por un objetivo común dentro de los muros que las confinan, rompe con los estereotipos y nos invita a mirar más allá de la condena. La cárcel, tradicionalmente vista como un espacio de exclusión, se transforma en un escenario de inclusión, donde se tejen nuevos lazos sociales y se cultiva la esperanza de un futuro mejor. Esta Clase Nacional de Boxeo no solo ha impactado a quienes participaron directamente, sino que ha resonado en toda la sociedad, enviando un mensaje claro: la reinserción es un compromiso compartido, una tarea que nos compete a todos y todas.
La semilla de la esperanza ha sido sembrada. El boxeo, más allá de formar peleadores, forma personas. Personas que luchan, que se levantan después de cada caída, que a través del esfuerzo y la disciplina reclaman su lugar en la sociedad. Desde la cárcel, sí se construye la paz. Desde la cárcel, también se sueña. Y con cada golpe, con cada gota de sudor, con cada nueva meta alcanzada, se acerca el día en que esos sueños se conviertan en realidad. La Dra. Sheinbaum ha dado un paso audaz y esperanzador, demostrando que la transformación social es posible, incluso en los lugares más inesperados. El camino es largo, pero con iniciativas como esta, se allana el terreno para un México más justo, más humano y, sobre todo, más pacífico.
Fuente: El Heraldo de México