
9 de abril de 2025 a las 09:10
Villegas, la nueva voz de Morena
La política duranguense se asemeja a un tablero de ajedrez donde las piezas se mueven con astucia, sigilo y a veces, con una traición digna de Shakespeare. Esteban Villegas, el actual gobernador, personifica esta compleja danza de poder. Con una oratoria que evoca el bien común, sus acciones susurran una melodía diferente, una donde el único beneficiario parece ser él mismo. Su trayectoria, desde la Sociedad de Alumnos de Medicina hasta la gubernatura, revela una ambición inquebrantable, forjada en las entrañas del PRI, un partido que en Durango, como en muchos otros estados, ha transitado por un sendero de transformaciones y contradicciones.
Villegas ha aprendido bien de sus maestros, absorbiendo las lecciones de poder de figuras como Jorge Herrera Caldera, quien a su vez protagonizó su propia historia de ascenso político marcado por la ruptura con Ismael Hernández Deras. Este linaje de lealtades cambiantes y estrategias pragmáticas parece haber moldeado la visión de Villegas, quien ahora, como gobernador, teje alianzas y rivalidades con la misma destreza que un cirujano maneja el bisturí. Su complacencia con la 4T contrasta con las críticas dirigidas a Alito Moreno, generando una paradoja política que deja entrever la complejidad de sus cálculos. ¿Es una estrategia de supervivencia? ¿Un simple cambio de camiseta ideológica? Las respuestas se esconden en los pliegues de sus acciones.
Mientras tanto, las elecciones municipales de 2025 se perfilan como el próximo campo de batalla. Villegas, como principal promotor de la coalición "Sigamos Haciendo Historia", mueve sus fichas con la intención de dividir a la oposición y consolidar su influencia. Sus esfuerzos por cooptar a los partidos locales, como Encuentro Solidario, Partido Villista y Renovación, demuestran una habilidad para la negociación y la persuasión, aunque también plantean interrogantes sobre la transparencia y la ética de sus métodos. ¿Está realmente comprometido con el bienestar de Durango o solo busca asegurar su futuro político?
El caso de Durango no es un caso aislado. En Veracruz, la renovación de 212 ayuntamientos también pondrá a prueba la fuerza de los actores políticos locales y la influencia de la gobernadora Rocío Nahle. La sombra de los Yunes, una familia con una larga trayectoria en la política veracruzana, planea sobre el escenario electoral, generando especulaciones sobre posibles acuerdos y pactos. ¿Logrará Nahle consolidar el dominio de Morena o tendrá que negociar con las fuerzas tradicionales? El resultado de estas elecciones será un termómetro del panorama político nacional y un preámbulo de las elecciones presidenciales de 2028.
En este complejo juego de poder, donde las alianzas se forjan y se rompen con la misma facilidad, la ciudadanía debe mantenerse vigilante. La transparencia, la rendición de cuentas y el compromiso con el bien común deben ser los pilares que guíen las decisiones de quienes ostentan el poder. El futuro de Durango, al igual que el de Veracruz y el de todo México, depende de la capacidad de sus líderes para anteponer los intereses colectivos a las ambiciones personales.
Fuente: El Heraldo de México