Aunque Mercurio ya haya retomado su curso directo el pasado 7 de abril, la resaca energética de su retrogradación aún se siente. Como el eco de una potente ola, la fase de postsombra de Mercurio se extiende hasta el 26 de abril, un período de reajuste y asimilación de las lecciones aprendidas durante las semanas previas. Imaginen un barco que, tras navegar contracorriente, finalmente vuelve a su rumbo natural. El mar, sin embargo, aún está agitado y necesita tiempo para calmarse. Así nos sentimos muchos durante esta postsombra, procesando las revelaciones, las demoras, los malentendidos y las reconexiones que Mercurio retrógrado puso en nuestro camino.

Esta etapa, que culmina cuando el planeta regresa al grado 9 de Aries, es crucial para integrar los cambios y reconstruir lo que se desmanteló durante la retrogradación. No se trata de volver al punto de partida, sino de avanzar con una nueva perspectiva, habiendo revisado nuestros patrones de comunicación, nuestros planes de viaje y nuestra relación con la tecnología. Si durante Mercurio retrógrado fuimos invitados a revisar el pasado, la postsombra nos impulsa a aplicar lo aprendido en el presente, construyendo un futuro más sólido y consciente.

Si bien todos los signos zodiacales perciben la influencia de esta fase, Géminis, Virgo, Sagitario y Piscis sentirán con mayor intensidad la energía de Mercurio. Para estos signos, la postsombra puede manifestarse como una mayor sensibilidad a las palabras, una necesidad de replantear proyectos o viajes y una tendencia a la introspección. Es un momento propicio para la reflexión, para afinar la comunicación con nuestro entorno y para consolidar los aprendizajes obtenidos durante la retrogradación. No se trata de temer a esta energía, sino de aprovecharla para pulir nuestros planes y avanzar con mayor claridad.

Es importante recordar que Mercurio retrógrado no es un evento negativo, sino una oportunidad de revisión y crecimiento. Al igual que las estaciones del año, estos ciclos planetarios nos invitan a adaptarnos, a transformarnos y a evolucionar. La postsombra, lejos de ser un período de incertidumbre, es un puente hacia una nueva etapa, un espacio para integrar la sabiduría del pasado y proyectarnos hacia el futuro con mayor conciencia y propósito. Así que, en lugar de resistirnos a la energía de Mercurio, aprovechemos esta oportunidad para afinar nuestros instrumentos, recalibrar nuestra brújula interna y navegar con mayor seguridad hacia nuestros objetivos. Y ya que estamos inmersos en este proceso, recordemos que Mercurio volverá a retrogradar dos veces más en 2025: del 18 de julio al 11 de agosto en Leo, y del 9 al 29 de noviembre, comenzando en Sagitario y terminando en Escorpio. Tomemos nota y preparémonos para aprovechar al máximo estos ciclos de introspección y renovación.