La tragedia ha golpeado de nuevo a Culiacán. El hallazgo del cuerpo de Vivian Karely Aispuro, de tan solo 26 años, ha sumido a la ciudad en un profundo dolor y ha reavivado la indignación ante la violencia que azota a las mujeres. La joven, desaparecida desde el 22 de marzo, fue encontrada sin vida dentro de una bolsa negra en la Colonia Villa Fontana, un macabro descubrimiento que ha conmocionado a la sociedad sinaloense. El último rastro de Vivian se remonta al 21 de marzo en una fiesta en la colonia La Conquista. Acudió con una amiga, quien lamentablemente tuvo que retirarse antes, dejando a Vivian en una situación vulnerable a pesar de sus súplicas para que no la abandonara. Esta información, revelada por Alma, hermana de la víctima, aporta una pieza clave al rompecabezas de esta tragedia y nos deja con la desgarradora imagen de Vivian enfrentándose sola a una situación que terminaría con su vida.

La angustia de la familia y amigos se hizo patente en la marcha del 28 de marzo, donde recorrieron las calles de Culiacán, desde la Catedral hasta el templo de la Lomita, clamando por justicia y respuestas. La imagen del rostro sonriente de Vivian en las fichas de búsqueda, que empapelaban la ciudad, contrastaba cruelmente con la sombría realidad que se cernía sobre ella. El hallazgo del cuerpo, a tan solo diez minutos del lugar donde fue vista por última vez, añade un elemento aún más desgarrador a esta historia. Imaginen la desesperación de la búsqueda, la esperanza que se desvanecía con cada día que pasaba, y la proximidad tan cruel del lugar del hallazgo.

La confirmación de la identidad de Vivian por parte de sus familiares en el Servicio Médico Forense (Semefo) ha desatado una ola de indignación y dolor en redes sociales. Las muestras de cariño y los recuerdos compartidos pintan el retrato de una joven llena de vida, brutalmente arrebatada. Más allá del dolor, se alza la voz unánime exigiendo justicia. Los colectivos feministas de Sinaloa, como "Amapas del Norte", "Pitaya Arida", "Por Todas Culiacán" y "Ruido Femenino", se han unido en un clamor conjunto para exigir que se aplique todo el peso de la ley contra el o los responsables de este feminicidio.

Su comunicado, cargado de dolor e indignación, es un llamado a la conciencia y a la acción. "Vivian, merecías seguir oliendo las flores, riendo con tus amigas y abrazando a tu familia", reza el mensaje, reflejo del futuro robado a una joven con toda una vida por delante. La exigencia a la Fiscalía del Estado de Sinaloa, al Gobierno de Sinaloa y a todas las autoridades es clara: si no pudieron garantizar la seguridad de Vivian en vida, que al menos garanticen que su muerte no quede impune. La investigación debe llevarse a cabo con la eficiencia y la transparencia que merece este caso, sin corrupción ni desinterés, para que la memoria de Vivian y la lucha contra la violencia de género encuentren, finalmente, la justicia que se les debe. El caso de Vivian Karely Aispuro no puede ser una estadística más. Debe ser un punto de inflexión para que las autoridades redoblen sus esfuerzos en la protección de las mujeres y en la erradicación de la violencia de género. Su recuerdo debe ser una llama que mantenga viva la lucha por un futuro donde las mujeres puedan vivir libres y seguras.